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Las figuras de la copla rinden homenaje a Concha Piquer

Un disco reúne los éxitos de la cantante

El 12 de diciembre hará un año que murió doña Concha Piquer. Su entierro constituyó una espontánea manifestación popular de amor y melancolía por Madrid protagonizada por gentes de toda edad y condición. Ayer se celebró en la Filmoteca Nacional un acto de homenaje a la más sublime intérprete de la copia española. La convocatoria fue cursada con el eslogan La Piquer vive. Ése es el título de un elepé doble que recopila las 26 canciones fundamentales en la discografía de la irrepetible artista.

El acto comenzó con la proyección de algunas escenas de una de las películas protagonizadas por Concha Piquer, La Dolores, dirigida por Florián Rey en 1940. Joaquín Prat, que presentó la velada, destacó que jamás había visto una concentración semejante de periodistas y reporteros gráficos en un acto similar y a horas tan desusadas, como la una del mediodía. En el escenario estaba un plantel de lujo, encabezado por Imperio Argentina, la otra grande y clásica de la copla. Abrió el fuego Francisco Umbral que, cuartilla en ristre, esgrimió bellísimos conceptos sobre doña Concha, vista desde la óptica de los vencidos en la guerra civil: "Ella fue la letra que puso música a nuestro corazón sentimental... Fuimos patriotas de la Piquer".El escritor y periodista Sántiago Castelo dijo: "Ella supo plasmar la heterodoxia del amor puro". El poeta Carlos Murciano se marcó unas inspiradas espinelas que terminaban así: "Mira mi verso tatuado con su nombre de mujer". Juan José Alonso Millán, presidente de la Sociedad de Autores, constató, cifra en mano, la efervescencia de la copla en nuestros días. Imperio Argentina, emocionada, recordó cómo conoció a la Piquer: bailando el charlestón en un teatro de Madrid. Y la hija de doña Concha, Conchita Márquez Piquer, insistió en el lema: "La Piquer, vive, como viven los grandes artistas que ya se fueron, como Gardel, como la Piaff, como la Garbo".

En un elaborado texto anejo al disco presentado, el periodista Carlos Herrera, hablando de su relación con el principal letrista de la copla de todos los tiempos, Rafael de León, desvela cómo se conocieron ambos genios un 13 de julio. "Usted es Concha Piquer, ¿verdad?", le dijo Rafael de León. Ella contestó: "Sí, y usted un maricón". Rafael de León, perplejo, respondió: "¿Cómo lo ha sabido?". Y la Piquer, con todo desparpajo, contestó: "Por la gorra". Rafael de León, efectivamente, llevaba en aquel momento una gorra marinera.

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