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EL COLAPSO DE LA U.R.S.S.

Rusia asume los gastos de la URSS hasta fin de año

SEBASTIÁN SERRANO, La Unión Soviética pasó ayer a depender de Rusia desde el punto de vista de su financiación al llegar los presidentes Mijaíl Gorbachov y Borís Yeltsin a un acuerdo en torno al denominado "presupuesto consolidado de Rusia y la Unión" para el último trimestre de 1991, según palabras pronunciadas por el propio presidente ruso tras la reunión celebrada en el Kremlin. Con este acuerdo se intenta acabar con la incertidumbre que se cernía sobre los millones de personas que dependen del presupuesto soviético y que han visto peligrar el cobro de sus salarios de diciembre y sus empleos.

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Este presupuesto extraordinario, que servirá para que lo que queda del Estado soviético pueda resistir hasta final de año, fue definido por Yeltsin como "bastante duro". Añadió que establece "duras obligaciones para todas las repúblicas". Para alcanzar el acuerdo, las autoridades del Estado central se han tenido que avenir a realizar fuertes recortes sobre sus previsiones, con el fin de reducir de manera sustancial el déficit previsto.Una declaración efectuada por el Banco Central soviético (Gosbank), cuyo presidente, Víktor Geraschenko, participó en la reunión, señala que si esas condiciones son observadas por las autoridades centrales "Rusia está dispuesta a asumir su responsabilidad de garantizar los créditos que precise el Gosbank para afrontar los gastos mínimos que es preciso efectuar durante el último trimestre del año".

La crisis que hizo decir el viernes a Geraschenko que médicos, maestros, policías y militares no iban a poder cobrar sus salarios se desató cuando el jueves pasado no pudo ser aprobado por el Soviet de la Unión (una de las Cámaras del Parlamento soviético) la concesión de un crédito de 95.500 millones de rublos (unos 156.000 millones de dólares al irreal cambio oficial) por falta de quórum provocado por los diputados de Rusia.

Este rechazo fue el último movimiento de los dirigentes rusos en su partida por controlar la financiación del poder central. Rusia, según ha repetido los últimos días el viceprimer ministro Yégor Gaidar -que también acudió a la reunión de ayer- no podía permitir que las autoridades centrales siguieran poniendo en circulación nuevas emisiones de moneda porque ello iba a incrementar de manera descontrolada la inflación y a dificultar, por tanto, la reforma económica que pretende impulsar Rusia. Con el control obtenido tras el acuerdo de ayer, la Federación Rusa ha dado un paso importante para dotarse de los instrumentos económicos imprescindible para impulsar la reforma.

Significativamente, quien no pudo acudir a la decisiva reunión de ayer fue el virtual primer ministro de la ex URSS y presidente del Comité Económico Interrepublicano, Iván Siláyev, que se encontraba en París tratando de obtener créditos de las autoridades francesas.

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Para aplacar los nervios de los afectados, Yeltsin insistió en que los soviéticos que cobran del Estado percibirán sus salarios de diciembre porque "eso lo garantiza Rusia". "Nosotros dijimos desde el principio", agregó, "que si surgía cualquier dificultad en el presupuesto central, Rusia financiaría las organizaciones militares, científicas y culturales".

Protesta militar

La posibilidad de que los miembros del Ejército dejaran de cobrar el próximo mes había generado una cierta alarme, máxime cuando dentro de las fuerzas armadas el malestar empieza a hacerse evidente. El diario Komsomólskaia Pravda publicó ayer una declaración suscrita por un grupo de oficiales en la que se considera que el país está entrando en una fase de "guerra civil activa".

La única firma que aparece es la del general Leonid Kozhendáiev, jefe de una de las secciones del Estado Mayor, para evitar represalias, según precisa. En su opinión, la lucha entre partidos y entre nacionalidades "ha destruido el Estado". Después del intento de golpe de agosto, "la voluntad popular" expresada mediante referéndum "de preservar la Unión ha sido cada vez más ignorada". Y agrega: "El caos, la arbitrariedad, la corrupción y el crimen se han apoderado del país. La economía está destruida. Las fuerzas nacionalistas están creando a la ligera sus guardias nacionales, que mañana se pondrán a luchar".

Ante la situación, el grupo de oficiales propone que se efectúen referendos en los diferentes territorios para definir con claridad las nuevas fronteras del país y "una vez determinadas, debe ponerse fin al actual desfile de soberanías". Kozhendáiev asegura que el Ejército "está cansado de sufrir humillaciones, de pasar hambre, de servir a un país que no existe" y afirma que son necesarios "nuevos líderes políticos", aunque precisa que los militares "no pretenden obligar a la gente a hacer algo que no desee". Por su parte, el vicepresidente de la Federación Rusa, general Alexandre Rutskoi, amenazó con presentar su dimisión irrevocable si las autoridades rusas liberan de inmediato los precios. Según Rutskoi, una liberalización rápida de precios provocaría el "empobrecimiento extremo" de la población.

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