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La subasta del 'führer'

En la primavera de 1938, mientras Entartete Kunst -Arte degenerado- se exhibía en Berlín, el mariscal Göring propuso a Hitler la venta del arte degenerado en el exterior. El führer accedió, explicando a su hombre de confianza que aceptaba la idea "porque así al menos sacaremos algo de dinero con toda esta basura", dijo Hitler.La basura a la que se refería Hitler, confiscada en los mejores museos y colecciones privadas de Alemania, era uno de los lotes de arte más impresionantes de la historia. La colección de arte degenerado que los nazis pusieron a la venta contenía piezas de los mejores artistas alemanes del momento, además de obras de Vincent van Gogh, Paul Gauguin, Pablo Picasso, Max Ernst, Modigliani y Marc Chagall.

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Siguiendo las órdenes de Hitler, el ministro de Cultura y Propaganda, Joseph Goebbels, clasificó las piezas. El lote se subastó el 30 de junio de 1939 a las tres de la tarde en el salón principal del Grand Hotel National de Lucerna, el mismo día que las tropas nazis se apoderaron de Danzig. El responsable de la subasta fue Theodor Fischer, uno de los marchantes de arte más conocidos de Suiza y el único galerista no judío con los contactos suficientes para montar una subasta internacional.

Uno de los cuadros más espectaculares del lote era un Autorretrato de Van Gogh, incautado en la galería Neue Staatsgalerie de Múnich. La pintura había sido expropiada el 27 de marzo de 1938.

El cuadro más caro fue, sin embargo, un Picasso, El bebedor de absenta, donado a la Hamburger Kunsthalle por un coleccionista que interpuso una demanda al Gobierno alemán con la intención de recuperar la obra. El lienzo estuvo colgado durante el litigo en la Embajada alemana de Berna, pero los tribunales acordaron que si su propietario había donado la obra no tenía ningún derecho sobre ella. El cuadro se vendió en 42.000 francos a un coleccionista suizo, Othmar Huber. Actualmente se halla expuesto en el Kunstinuseum de Berna. Se trata de un óleo pintado por Picasso en 1902.

La subasta del führer se celebró en alemán, francés e inglés y contó con la asistencia de 350 personas, la mayor parte coleccionistas, galeristas y conservadores de museos europeos y norteamericanos. El cuadro de Van Gogh se vendió a Maurice Wertheim, de Nueva York. El cuadro se halla expuesto hoy en el Fogg Art Museum de la Universidad de Harvard.

La delegación belga fue la que se hizo con la mayor parte de los cuadros, al adquirir obras de Chagall, Gauguin, Kokoschka y dos de Picasso -Dos arlequines (1905) y La familia Soler (1903)-. La cifra total alcanzada tras la subasta fue de 115.000 dólares de la época, una cifra ridícula incluso para aquellos años.

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