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Deudas, fuga de artistas y caída de ventas ponen en crisis las galerías Maeght de París y Barcelona

Expertos en arte destacan la pobre gestión de los sucesores de Aimé Maeght

Uno de los complejos de galerías de arte más importantes de la segunda mitad del siglo XX, el fundado en 1948 por Aimé Maeght, que comercializó en todo el mundo obras de artistas como Miró, Braque, Giacometti, Calder, Kandinski, Tàpies y Saura, entre otros muchos, padece problemas económicos y de gestión que pueden afectar su futuro. En París, las galerías Maeght se ven presionadas por los acreedores y tienen problemas con los herederos de Miró acerca de obras vendidas sin el conocimiento de éstos. En Barcelona, los trabajadores de la galería tuvieron dificultades para cobrar su sueldo este verano y varios artistas se han llevado obras que tenían en depósito. El responsable de la galería barcelonesa niega que exista ninguna crisis.

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Una empresa muy opaca

La galería Maeght de Barcelona -inaugurada en diciembre de 1973 con el impulso principal de Joan Miró, que quería un espacio en Barcelona donde mostrar su obra y la de otros artistas contemporáneos- está situada en un palacio del siglo XVI en la calle de Montcada y se la considera una de las salas de arte privadas más bellas de la ciudad. Hasta hace pocos anos, era también una de las que gozaban de mayor prestigio.En los últimos dos años, la recesión en el mercado de arte y la falta de artistas que tomaran eficazmente el relevo de las figuras que formaban parte del plantel histórico de la galería han hecho que las ventas de Maeght en Barcelona cayeran en picado. A esto se ha sumado lo que un empleado de la sala define como "una política de fichajes y exposiciones completamente errática y el absoluto fracaso de su director, José Muñoz [que se hizo cargo de la sala en agosto de 1990], en sus intentos de integrarse en el panorama cultural y artístico barcelonés". La apertura de una librería especializada en arte, dependiente de la galería, en la plaza de Santa Maria del Mar, no hizo más que incrementar los costes de operación sin aumenta el volumen de negocios.

A este respecto, un experimentado galerista barcelonés consultado acerca de los problemas de la galería Maeght señaló: "Desgraciadamente, cuando una galería no vende nada, no tiene recursos y la propiedad ha perdido interés en ella, se halla en dificultades, y lo digo con pena, porque la galería Maeght de Barcelona es una institución importante en esta ciudad y espero que se recupere".

Problemas de liquidez

A principios de verano de 1991, los problemas de liquidez de la galería barcelonesa aumentaron hasta el punto de que las 13 personas que trabajan en ella han percibido irregularmente sus haberes desde el mes de agosto. Esta situación, explica otro empleado de la galería consultado por este diario, "ha comenzado a regularizarse con el pago de una parte de la deuda; el resto lo han prometido para no se sabe cuándo". El responsable de la galería Maeght, José Muñoz, comentó: "En septiembre tuvimos un problema de tesorería; de ahí a decir que nos hallamos en bancarrota hay mucha distancia".

Otras fuentes del personal de la galería indican que su director carece de los permisos legales necesarios para residir y desempeñar su labor en España. Preguntado por este diario al respecto, Muñoz afirmó que tramitó la solicitud de estos permisos después de incorporarse a la galería y todavía no los ha recibido, pero que su situación es legal.

Otra medida de las dificultades por las que atraviesa la galería la proporciona el trato comercial irregular de que han sido objeto algunos de sus artistas. Al ya lejano distanciamiento de Tàpies, Chillida y Saura y el más reciente abandono de José Manuel Broto (al que representa otra sala barcelonesa), se añadió recientemente la decisión del pintor mallorquín Joan Bennàssar de retirar obras que seguían en depósito en Maeght. El pintor y la galería negocian actualmente para normalizar el estado de sus relaciones comerciales.

Pese a que, por el momento, no existe ninguna indicación de que ninguna de las galerías Maeght vaya a cerrar sus puertas, las dificultades de la sala barcelonesa cobran mayor relevancia a la luz de los problemas por los que atraviesa Maeght en París. Curiosamente, el responsable de Maeght en Barcelona niega que los problemas de las, galerías francesas tengan la menor incidencia en la sala catalana y dice que desconoce por completo esas dificultades. "Eso pregúntelo en París", dijo a este diario.

Problemas en París

Fuentes del mercado de arte de la capital francesa informaron de que Adrien Maeght ha tenido que vender a la baja algunas obras de su impresionante fondo de arte e incluso varias piezas de su gran colección de automóviles antiguos para hacer frente a la presión de los acreedores.

Adrien Maeght tiene también dificultades con los herederos de Joan Miró. La galería francesa, que tiene un importantísimo fondo de obra mironiana -parte de la cual es propiedad de la familia Miró y está en depósito-, no ha podido responder a las reclamaciones de los Miró acerca de esas piezas. Una fuente de la galería afirmó que algunos de estos cuadros fueron vendidos hace tiempo sin el conocimiento de la familla Miró y ahora existe un cuantioso desfase entre los precios obtenidos y la cotización actual de las obras, con arreglo a la cual la familia Miró ha formulado su reclamación. Fuentes consultadas en Mallorca -donde los herederos de Miró mantienen un absoluto silencio sobre el asunto- indican que este desfase puede ser de centenares de millones de pesetas. Además, un libro editado por Maeght sin autorización de los herederos de Miró tuvo que ser retirado.

Auge y crisis de un imperio galerístico

El imperio galerístico erigido por Almé Maeght y su esposa Marguerite -que en los años cuarenta regentaban una tienda de electrodomésticos en Cannes- llegó a abarcar una galería de arte, una editorial y otra galería de obra gráfica en París, sendas galerías de arte en Zúrich, Barcelona, Nueva York y Tokio y la Fundación Maeght en Saira Paul-de-Vence. Almé Maeght instituyó un nuevo estilo de vender arte y un nuevo tipo de relación con los artistasLa galería Maeght de Barcelona mostró, durante las décadas de los setenta y casi todos loochenta, las obras de muchos de los artistas punteros en el arte contemporáneo, tanto de la vanguardia histórica como de las generaciones posteriores a la II Guerra Mundial: Miró, Max Ernst, Georges Braque, Jean Dubuffet, Giacometti, Alexander Calder, Antoni Tàpies, Eduardo Chillida, Manolo Valdés, Antonio Saura y un largo etcétera, al que hay que añadir algunas figuras más jóvenes del arte hispánico, como Plensa, Susana Solano, Broto y Bennàsar.

Tras el fallecimiento de Aimé Maeght en 1980, el control de su imperio galerístico pasó a manos de su hijo Adrien, quien heredó la gestión de la galería hasta entonces dedicada a la venta de obra gráfica, en el número 42 de la Rue du Bac de París, y de sus sucursales en Nueva York, Tokio y Barcelona. Posteriormente, Maeght abrió en París una nueva sala destinada al arte experimental y dirigida por Françoise Maeght, hija de Adrien.

La escisión de Lelong

Algunos de los artistas de la galería -por ejemplo, Tàpies, Saura y Chillida- rompieron sus vínculos con Maeght y firmaron contratos con Daniel Lelong, antiguo colaborador de Aimé Maeght, que puso a su nombre y pasó a regentar el antiguo local principal de Maeght en la Rue de Téhéran de París. Lelong se hizo cargo también de la sucursal en Zúrich.

En Barcelona, donde la galería Maeght había estado dirigida desde su fundación por Francese Farreras, hombre de confianza de Aimé Maeght y, especialmente, de Joan Miró, la transición tardó unos años más en producirse. Farreras se retiró y, tras una etapa en la que la dirección artística de la galería estuvo a cargo de Narcís Verdaguer y Chantal Blandin (ambos colaboradores de Farreras), fue nombrado responsable con plenos poderes José Muñoz, de 39 años, ciudadano francés de origen español.

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