Los árabes prometen a Arafat hacer piña con él

Líderes del mundo árabe, conscientes de que la participación personal de Isaac Shamir en Madrid plantea un inesperado desafío y augura un endurecimiento israelí, dieron ayer su palabra a Yasir Arafat de que abogarán en Madrid unidos a favor de la causa palestina. En sus contactos bilaterales conla delegación del Estado israelí insistirán en el principio de "paz a cambio de territorios" con la misma tenacidad conla que Israel rechaza esa idea. Lo que se avecina es un choque frontal de tal intensidad que podría convertir la conferencia de Madrid en un breve ejercicio diplomático sin apenas consecuencias reales.

La decisión adoptada ayer en Damasco por una reunión extra ordinaria de ministros de Exteriores de los países con frontera con Israel -Siria, Jordania, Líbano y Egipto- y altos representantes de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) fortaleció la idea de presentar un "frente común" en la conferencia.La declaración de Damasco fue un triunfo para Arafat. El astuto líder palestino consiguió garantías públicas de que los árabes mantendrán una postura común sobre la base de las principales demandas de los palestinos. Todo diálogo de paz debe comenzar a partir de la retirada de Israel de los territorios ocupados, incluyendo Jerusalén, la congelación inmediata de asentamientos judíos en tierras árabes y el reconocimiento de los derechos políticos de los palestinos.

El ministro de Exteriores sirio, Faruk el Shaara, se encargó de divulgar los resultados de la reunión ministerial árabe, que en 48 horas de negociaciones dio a la OLP lo que quería: un pronunciamiento claro de que nadie, ni siquiera Egipto, el único país árabe con relaciones diplomáticas con Israel, tratará de suavizar las demandas palestinas para complacer a Estados Unidos y a la alicaída Unión Soviética.

Si los países árabes mantienen su palabra -algo que en el bizantino mundo de la política medioriental sería algo soprendente-, lo que los israelíes escucharán en Madrid será un "no" rotundo a las propuestas de pactos separados similares a los acuerdo de Camp David de 1979.

Arafat tambien consiguió ampliar el marco de la conferencia de Damasco en un claro intento por comprometer el mayor número de testigos árabes. Un total de 16 países árabes estuvieron directa o indirectamente represen tados en la capital siria, inclu yendo Siria en nombre de los es tados del Golfo, y Marruecos como enviado del Magreb.

Un factor que jugó en favor de Arafat fue la sorprendente de cisión de Shamir de declararse jefe de la"delegación israelí. Semejante paso fue una reafirmación de que el Estado judío llevará a Madrid la artillería pesada de su intransigencia. Shamir irá a Madrid a tratar de convencer al mundo de que la fórmula "territorios a cambio de paz" nunca funcionará y que por lo tanto habría que olvidarla. Lo que Shamir dirá a los cuatro vientos en el Palacio de Oriente es que Israel ofrece la fórmula alternativa e inaceptable para los árabes: "Paz a cambio de paz". Una de las muchas incógnitas que flotaban anoche en el aire era si la audaz movida de Shamir invitaría a idéntica respuesta del campo árabe. Los analistas se preguntaban anoche qué sucedería si Arafat o el presidente egipcio, Hosni Mubarak aparecieran en España.