Ucrania y Azerbaiyán se quedan al margen del tratado económico firmado, ayer en Moscú
Los dirigentes de ocho repúblicas soviéticas firmaron ayer un tratado económico que constituye el primer paso para evitar la desintegración del país que hasta hoy se conoce como Unión Soviética. Dos repúblicas que habían dado el visto bueno al tratado en la reunión del Consejo del Estado de la URSS celebrado la semana pasada no estamparon su firma bajo el histórico documento: Ucrania y Azerbaiyán. La segunda llegó más lejos al aceptar su Parlamento por unanimidad una ley que "restaura la independencia" de su república del Estado soviético.
"El hielo se ha roto. Comencemos", dijo el presidente soviético, Mijaíl Gorbachov, y los máximos dirigentes de Armenia, Levón Ter-Petrosián; de Bielorrusia, Stanislav Shushkévich; de Kazajstán, Nursultán Nazarbáyev; de Kirguizisián, Akar Akáyev; de Rusia, Borís Yeltsin; de Tayikistán, Akbarshó Iskandárov; de Turknienistán, Saparmurad Niyázov; y de Uzbekistán, Islam Karímov firmaron el tratado en un ceremonia transmitida en directo por la televisión. Gorbachov también firmó el texto en la sala de San Jorge en el Kremlin.El presidente de Azerbaiyán, Ayaz Mutalíbov, no se presentó el jueves en Moscú a las conversaciones tripartitas que debería haber mantenide con Ter-Petrosián y Gorbachov para buscar. una solución al problema de Nagorni-Karabaj.
[A última hora de la tarde de ayer, según informa la agencia no oficial Interfax, el Parlamento azerí voto por unaminidad una resolución que restituye la independencia de la República Democrática de Azerbaiyán, que existió como tal república entre 1918 y 1920.]
Ucrania envió una delegación encabezada por el vicepresidente del Parlamento, Iván Pliushch y el primer viceprimer ministro, Konstantín Másik, pero, cumpliendo la decisión de sus diputados, no firmaron el tratado.
"Hemos venido para que no crean que Ucrania ha dado un portazo y no se adherirá a la comunidad económica", explicó Pliushch a los periodistas después de la ceremonia.
Sin embargo, a pesar de estas deserciones, Mijaíl Gorbachov dijo estar seguro de que no sólo estas dos repúblicas ingresarían más tarde en la comunidad económica recién creada, sino que también Georgia y Moldavia lo harían. Ambas rubricaron el acuerdo económico en Almá Atá, la capital de Kazajstán, a principios de mes, pero luego no asistieron a la última reunión del Consejo de Estado ni a la ceremonia de ayer. "No podemos firmar el Tratado de Comunidad Económica sin haber estudiado antes el texto definitivo, con las correcciones introducidas por Rusia", declaró el presidente moldavo, Mircea Snegur.
Salir de la crisis
"Estoy convencido de que las otras repúblicas se nos unirán. ¿Saben ustedes por qué este acuerdo vivirá? Porque no existe otra vía para salir de esta crisis. Ahora hemos dado el primer paso", declaró Gorbachov.
Después de que los dirigentes hubieran festejado el evento con champaña, el presidente de Rusia, Borís Yeltsin, advirtió que no se debían dejar llevar por la euforia ni permitir "que el éxito o la champaña se nos suban a la cabeza". "Este acuerdo era muy necesario precisamente ahora, cuando tenemos por delante los largos y dificilísimos meses de invierno", señaló, agregando que dentro de poco deberá tomar medidas "muy impopulares".
"El que hoy se haya dado tan importante paso, como es la firma de este tratado, testimonia que en la sociedad -y esto se refleja en las posiciones de los órganos de poder supremo y de los presidentes de las repúblicas- es muy fuerte el deseo de vivir juntos, resolver los problemas juntos, salir juntos de la crisis y emprender el camino del desarrollo dinámico en interés de todos nuestros pueblos", manifestó Gorbachov.
El tratado -que declara que "la bases para el progreso económico las constituyen la propiedad privada, la libre empresa y la competencia"- se firma por tres años, y antes de 12 meses de cumplirse este plazo los miembros deben decidir si lo prolongan y si introducen modificaciones en él. Si alguno de los Estados desea abandonar la comunidad, también deberá comunicarlo con un mínimo de 12 meses de antelación.
Tras este primer paso para mantener unidas a la mayoría de las repúblicas que formaban el imperio soviético, Gorbachov desea dar lo antes posible el segundo, que es la firma de una nueva unión política. Ya se ha enviado a los dirigentes republicanos el texto correspondiente, que fue acordado entre Gorbachov y Yeltsin.
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