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GUERRA EN LOS BALCANES

Primer paso hacia el alto el fuego en Croacia

El primer paso hacia el cumplimiento de los términos del octavo alto el fuego acordado el jueves entre el Ejército yugoslavo y las fuerzas croatas se dio a última hora de ayer al iniciar ambos bandos las labores de desbloqueo de los puertos del Adriático y de los cuarteles federales en Croacia, según confirmó la misión de observadores de la Comunidad Europea (CE). Horas antes, se produjeron violentos combates en torno a la ciudad de Vukovar, que resiste el asedio del Ejército desde hace 50 días, y que causaron 9 muertos y una cincuentena de heridos.

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Después de una jornada de intensas negociaciones, que deben continuar hoy, entre los contendientes y la misión comunitaria, el portavoz de la CE, Simon Smits, anunció que la Marina de guerra yugoslava había iniciado el levantamiento del bloqueo de siete puertos croatas de la costa adriática, al tiempo que las fuerzas militares croatas hacían lo propio con las guarniciones del Ejército federal, empezando por la de Borongai, en Zagreb.La parte croata se había resistido a dejar salir a las tropas de este cuartel con su armamento, por considerar que equivalía a perder una de sus pocas ventajas militares y permitir que estas fuerzas vayan a fortalecer desde Bosnia-Herzegovina el frente en el sur de Croacia central. "Que se vayan fuera de Croacia, pero con lo puesto. De aquí no salen con armas", declaraba Zlatko, un guardia nacional que junto al campo de minas desplegado ante la puerta principal del cuartel temía la orden de dar vía libre a las tropas federales con todo su arsenal. Irma Agotic, comandante de la Guardia Nacional croata dijo que las tropas federales se retirarán de Borongai hoy, sin especificar en qué condiciones.

Además, ambas partes garantizaron el paso de un convoy con ayuda humanitaria que se dirige a Vukovar. Durante buena parte de la jornada la lógica que imperó en Croacia fue la de las armas. Pese a que la CE había logrado reunir ayer por la tarde en Zagreb de nuevo al general del Ejército federal Andrea Razeta con los responsables de la Guardia Nacional croata, todo indicaba que el alto el fuego estaba a punto de fracasar una vez más.

El Partido Socialista de Serbia, de Milosevic, anunció en Belgrado que el Ejército debía retirarse hasta las nuevas fronteras de Yugoslavia, en las que serían integrados los territorios ocupados de Croacia. Observadores militares extranjeros anunciaron la llegada de refuerzos del Ejército federal a Eslavonia para una previsible nueva ofensiva con la que romper la resistencia enemiga en este territorio croata.

Bombardeo aéreo

El acuerdo de alto el fuego fue violado repetidamente por Ejército y guerrilla serbia en Vukovar, Osijek, Vinkovci, en Eslavonia oriental; Pakrac y Nosvka, en Eslavonia occidental, y en diversos puntos del frente de Banija, al sur de Zagreb. Un comunicado del Ejército confirmó que la aviación bombardeó las posiciones croatas en la región de Banija y anunció que tales operaciones continuarían "mientras no cesen los ataques contra las posiciones, cuarteles y unidades del Ejército".

La misión de observadores de la CE, que el miércoles había calificado el alto el fuego como el "de mejor expectativas de éxito", se declaró inicialmente profundamente deprimida por la "falta de voluntad política de ambas partes" en cumplir lo estipulado, y advirtió que de no haber un gesto inmediato por parte de los contendientes carecería de sentido su permanencia en Croacia.

Por otra parte, las graves dificultades del Ejército federal para llevar a la práctica la movilización decretada por el bloque serbio de la presidencia colectiva son cada vez mayores. Comunidades enteras en Bosnia-Herzegovina se niegan a mandar a sus jóvenes a filas. En Macedonia, la rebelión es generalizada y, al igual que en gran parte de Serbia y Montenegro, los reservistas huyen al extranjero o a casas de amigos para evitar ser localizados.

Los cuatro integrantes de un equipo de la televisión de Belgrado murieron ayer cerca de la ciudad de Pakrac por la explosión de un obús. Otros dos periodistas soviéticos, desaparecidos hace un mes, han sido dados prácticamente por muertos.

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