Los Doce alcanzan un principio de acuerdo sobre política exterior y seguridad
Los Doce lograron ayer un principio de acuerdo sobre, un tercio del tratado de unión política que debe ser firmado el próximo 10 de diciembre en la cumbre de Maastricht (Holanda). La política exterior y de seguridad común, uno de los tres pilares del tratado de unión política dé la CE, cuenta con un consenso de mínimos tras la reunión de dos días de los ministros de Asuntos Exteriores de los Doce celebrada en el castillo de Haar, cerca de Utrecht.
Tan sólo el alcance de la identidad de defensa europea separa sustancialmente a los Doce. La propuesta del Reino Unido e Italia, que significa aceptar una política de defensa dentro de la unión política de la CE, ha permitido dar "un gran paso adelante", según destacó el ministro holandés, Hans van den Broek, anfitrión de la reunión. Después del traspiés que significó hace dos semanas el rechazo del proyecto holandés, "se ha impuesto el espíritu de familia", afirmó Jacques Delors, presidente de la Comisión Europea.Francia y Alemania, con el apoyo de España, Grecia, Bélgica y Luxemburgo, quieren profundizar el contenido de la política exterior y de seguridad común. Para dejar claro el papel renovado del eje franco-alemán como motor de la construcción europea, los ministros Roland Dumas y Hans-Dietrich Genscher ofrecieron, por primera vez, una conferencia de prensa conjunta. Ambos coincidieron en que existe "voluntad política" para llegar a un acuerdo. El próximo viernes se reunirán en París para discutir la conveniencia de presentar una nueva propuesta franco-alemana. España será consultada.
La propuesta de Londres y Roma de crear una fuerza autónoma europea para intervenir fuera de la zona de la OTAN es aceptada por todos. La discrepancia se centra en el papel de la UEO como futuro brazo armado de la Comunidad. El Reino Unido e Italia, con el apoyo de Portugal y Dinamarca, conciben el reforzamiento gradual de este organismo como un puente de coordinación entre la OTAN y la CE, una estructura equidistante, vinculada a las consultas previas con la Alianza Atlántica. La tesis franco-alemana es la de la autonomía, sin negar la complementariedad con la OTAN. Dicho en plata, según Dumas, "la UEO tendrá que ser un instrumento de la unión política europea". Para ello habrá que resolver la entrada de dos países comunitarios ausen,tes de esta organización de defensa (Grecia y Dinamarca), así como crear las pasarelas para las relaciones con la neutral Irlanda, y "con otros países europeos".
Para todos los ministros existe base suficente para lograr un acuerdo en Maastricht, a pesar de que todavía queda por debatir el complejo tema de dotar a la CE de mayores competencias y de corregir el déficit democrático. Falta también precisar el grado de cooperación judicial y policial. Pero el tema de la política exterior y de seguridad es el punto clave de esta reforma, que junto a la unión monetaria sentará las bases de la integración europea.
Temas pendientes
"Los tres temas pendientes quedarán posiblemente abiertos hasta la decisión de los jefes de Estado y de Gobierno", señaló, Francisco Fernández Ordóñez. Aparte del ya citado de seguridad y defensa, sobre el que habrá más luz tras la cumbre de la OTAN del 7 y 8 de noviembre en Roma, quedan la lista de intereses generales en común y la posibilidad de decidir el cómo y el cuándo de una acción exterior común por mayoría cualificada. El consenso se dibuja sobre la necesidad de concretar aspectos de algo tan amplio como las relaciones con Estados Unidos y la URSS.
Francia y España desean incluir además al Mediterráneo, pero la propuesta española se formula ahora no en términos geográficos, sino de contenido. "Preferimos incorporar a la lista la cooperación al desarrollo", según el secretario de Estado para la CE, Carlos Westendorp, "porque así hay una posibilidad de gestionar en común no sólo la política comunitaria hacia el Mediterráneo, sino tambiéñ la cooperación con América Latina". La decisión por mayoría cualificada es rechazada por tres países: el Reino Unido, Dinamarca e Irlanda. Portugal plantea la utopía del fin del voto ponderado y la "instauración del principio cada país un voto". El procedimiento aceptado por todos concede predominio a la unaninimidad. Primero, los jefes de Estado y de Gobierno deben decidir sin ningún voto en contra qué interés importante se incorpora a lista común. Después, el Consejo de Asuntos Exteriores, por el mismo método, aprobar una acción común. Sólo se plantea la mayoría para la ejecución del detalle de esa acción.
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