Alicates y tenazas
(Contestación al señor Carlos Rodríguez, de Madrid, y su dentista particular). Espero que mi carta sea una más de las muchas que se reciban intentando aclarar las cosas al señor Rodríguez:
- Es normal que en pueblos cercanos a capitales haya sólo dos, tres o cuatro consultas de dentistas.
- Es normal que, como la mayoría de la gente en este país, sus titulares tomen sus vacaciones en agosto.
- Es de conocimiento general que en las consultas de odontología de los ambulatorios sólo se ponen tratamientos, se extraen muelas o se remite a otro especialista; que en ellas como ya bien supone el señor Rodríguez, sólo hay "alicates y tenazas", y que de esto no tiene culpa ningún dentista, que precisamente es quien echa en falta muchas cosas.
- Es normal atender en un par de horas a 60 o 70 o 90 pacientes; si un 28 de agosto, en Sigüenza, no va nadie a la consulta del ambulatorio, ¿qué mejor que leer el Marca, tomar un café o charlar? No veo el motivo para ironizar con ello; a lo mejor, si el dentista hubiese estado leyendo una revista científica, no hubiera habido lugar a comentarios, ¿no?
- Es normal recetar analgésicos y antibióticos si uno no quiere que le extraigan la muela, cosa que muchas veces no se puede hacer en el momento, aunque sea lo que más desee el paciente.
- Es normal que en una consulta particular se disponga de muchos más medios para solucionar un problema como el de su esposa, y muchas veces lo único que se puede hacer es eso, una cura provisional,
- Es normal que a su esposa le siga doliendo la misma muela, y es normal que continúe así unos cuantos días más.
- Lo lamentable es que el 90% o de las personas acudan al dentista sólo cuando el dolor es insoportable. Con una revisión anual en la consulta suya habitual, esta situación no se hubiera producido. .
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