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GOLPE DE ESTADO

El presidente derrocado de Haití abandona, el país

La calma volvió ayer a las calles de Puerto Príncipe después del éxito del golpe militar que derrocó la víspera al presidente electo de Haití, Jean-Bertrand Aristide, casi siete meses después de su instalación en el poder. Aristide, un ex sacerdote salesiano de 38 años que fue elegido en diciembre de 1990, pudo abandonar el país y se dirigió a Venezuela. Tras acogerle, el presidente venezolano, Carlos Andrés Pérez, manifestó que no descarta una intervención militar conjunta con otros países contra los militares golpistas. Además, el presidente de EE UU, George Bush, pidió la vuelta inmediata de Aristide al poder.

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Los choques entre el Ejército y los partidiarios del jefe de Estado depuesto habían dejado durante la jornada del lunes, según las últimas estimaciones, un saldo de 26 muertos, así como dos centenares de heridos. Los disturbios, sin embargo, no parecen haber durado más de 24 horas.De hecho, las calles de la capital haitiana amanecieron, el martes, en silencio, y sólo circulaban los militares, quienes disparaban cada vez que veían que trataba de formarse un grupo. Únicamente funcionaba una emisora, Radio Lumiere, que repitía en creole las primeras declaraciones del nuevo "hombre fuerte" del país, el general Raoul Cédras.

Según fuentes próximas al presidente derrocado, un grupo de militares ametralló su residencia en la madrugada del lunes, dando así la señal del comienzo del golpe. Aristide se dirigió entonces hasta el palacio presidencial, donde intentó entrar con una tanqueta, lo que le fue impedido por fuerzas rebeldes. Después de la rápida rendición de la guardia presidencial, Aristide fue detenido y llevado al cuartel general del Ejército. Los embajadores de Francia y EE UU mediaron entonces para conseguir su liberación, ya que los sublevados querían, aparentemente, ejecutarlo.

Después de una larga negociación, los rebeldes aceptaron finalmente que Aristide abandonara el país, acompañado de varios familiares y del ex jefe de la policía, en un avión enviado por el presidente venezolano, Carlos Andrés Pérez, rumbo a Caracas.

Ya en la capital venezolana, Aristide acusó a los golpistas de estar "matando a la gente como moscas". Por su parte, Carlos Andrés Pérez no descartó una intervención militar conjunta con otros países contra los militares golpistas. En este sentido, Pérez ha pedido una reunión urgente de los miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA). Esta reacción inicial contra el golpe fue secundada por varios países americanos, entre ellos Estados Unidos y Canadá.

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