La OTAN ofrecerá a la Union Soviética eliminar casi todas las armas nucleares de corto alcance
La OTAN se dispone a ofrecer a la URSS una drástica reducción, o acaso la eliminación, de las armas nucleares de corto alcance estacionadas en Europa, a las que el desmoronamiento del imperio soviético ha hecho perder su utilidad. El secretario de Defensa de EE UU, Dick Cheney, reveló el 7 de septiembre ante las cámaras de televisión, que una discusión estaba en curso entre aliados que concluirá en la reunión del Grupo de Planes Nucleares de la OTAN, que se celebrará en Taormina (Sicilia) a mediados de octubre, aunque el anuncio sólo se hará en la cumbre de la Alianza convocada en Roma en noviembre.
El ministro español de Defensa, Julián García Vargas, coincidió con su homólogo francés, Pierre Joxe, con el que se entrevistó ese mismo día en el aeropuerto de Barajas, en que la nueva prioridad del desarme era una radical diminución de los arsenales nucleares, empezando por las armas de corto alcance, según indican fuentes diplomáticas.Para los socios atlánticos, la mayoría de las armas nucleares cortas son inservibles porque la URSS no está ya en condiciones de desencadenar un ataque sorpresa contra la OTAN con tanta más razón que la salida de la órbita soviética de los países del Este aleja al Ejército Rojo de las fronteras de la Alianza. El alcance de los misiles tácticos norteamericanos no rebasaría los confines de la ex RDA o de Checoslovaquia.
Las armas nucleares tácticas se han convertido incluso en un peligro para la propia URSS en vías de desintegración. Repartidas por al menos cuatro repúblicas -fueron retiradas de los países bálticos en 1990-, la munición atómica corre ahora el riesgo, en caso de disturbios nacionalistas, de caer en manos de autoridades regionales, de alguna milicia local o, incluso, de ser vendida por el comandante sin escrúpulos de un batallón a grupos terroristas o a emisarios de algún dictador del Tercer Mundo.
Encabezados por Alemania, un grupo de miembros de la Alianza, entre los que figuran Bélgica, Dinamarca Italia y España, preconizan proponer al ex enemigo la supresión de las armas tácticas. Washington no ve con malos ojos la eliminación de esas armas basadas en tierra, pero se resiste, en cambio, a renunciar a los misiles disparados desde aviones, incluido el aire-tierra TASM aún en proyecto.
Estados Unidos dispone en el viejo continente de 88 misiles Lance y 9.150 proyectiles de artillería nuclear, mientras la URSS cuenta con unos 900 misiles, muchos de ellos vetustos, y 2.000 proyectiles de artillería. A estos arsenales hay que añadir las armas británicas y francesas que no entran en el cómputo de la OTAN, pero que los delegados soviéticos intentarán, probablemente, incluir en la negociación para evitar que sean los únicos misiles tácticos que subsistan en Europa. Francia se está replanteando el despliegue previsto de su misil preestratégico Hades.
Reducción adicional
El Pentágono también está dispuesto a examinar una reducción adicional de sus armas nucleares estratégicas que vaya más allá del laborioso acuerdo START, firmado en julio por los presidentes George Bush y Mijail Gorbachov, y aún pendiente de ratificación.
Si la brusca aceleración de las reformas en agosto en la URSS ha incitado a los expertos de OTAN a pensar en la supresión de las armas tácticas, en lugar de una reducción suplementaria, la multiplicación de los centros de poder tanto en Moscú como en las repúblicas plantea, un nuevo problema a los negociadores atlánticos: la carencia de interlocutores.
Tras el fracaso del golpe de Estado, el presidente de Rusia, Borís Yeltsin, empezó proponiendo la total eliminación de las armas nucleares, aunque después abogó por desmantelar la mayoría y concentrar el resto en su república. Gorbachov se esfuerza, por su parte, en retomar el control del aparato militar -Ministerio de Defensa y Estado Mayor-, como ponían de relieve las declaraciones hechas el lunes a Pravda por el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, general V. Lobov.
Entre los socios atlánticos, algunos son partidarios de esperar, para concretar las propuestas e iniciar negociaciones, a que se resuelvan las luchas por el poder en la URSS, pero también surgen voces que preconizan, para no perder tiempo, que se proceda a una eliminación consensuada y simultánea de las armas nucleares basadas en tierra.
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