Occhetto busca la unidad incondicional con los socialistas italianos
Achille Occhetto, artífice de la transformación del Partido Comunista Italiano en el Partido Democrático de la Izquierda (PDS), ha apostado por una unión prácticamente incondicional con el Partido Socialista Italiano (PSI) de Bettino Craxi durante el primer pleno celebrado por la junta directiva del PDS tras el fracaso del golpe de Estado en la URSS. Y ha logrado la aprobación de su propuesta con sólo algunas matizaciones.
Occhetto ha hecho que el PDS se comprometa "a buscar posibles convergencias y acciones comunes con el PSI y con la izquierda". La fórmula fue aprobada por 71 votos a favor, 17 en contra y 7 abstenciones, en un ambiente mucho más distendido que el del congreso fundacional de Bari, hace sólo siete meses.Que el proyecto de Occhetto apuntaba hacia una unidad con los socialistas era claro ya desde finales de 1989, cuando el entonces secretario del PCI hubo de poner en juego su cargo para lograr que se aceptara el cambio de nombre del partido. Desde los comunistas democráticos" de Ingrao hasta los "reformistas", de Giorgio Napolitano, pasando por las huestes de un Bassolino reforzado por la dirección de Occhetto, todos se revolvieron.
Pero los acontecimientos internacionales y el calendario Político italiano, que prevé elecciones generales para mayo, han hecho que las cosas se precipitaran. En la reunión del PDS, Occhetto ha celebrado su razón histórica, el acierto de firmar un comunicado inmediato de condena del golpe soviético juntamente con Bettino Craxi, y ha llegado a criticar el, prosovietismo del hasta ahora intocable Enrico Berlinguer, que dirigió el más votado de los partidos comunistas.
Por lo que se refiere a la política italiana, el planteamiento de Occhetto es paralelo al ya expuesto por el controvertido presidente de la República, Francesco Cossiga, para irritación de sus ex correligionarios democristianos. "Hay una cosa que la DC no podrá seguir haciendo: considerarse el perno insustituible o incluso identificarse con el Estado: se le acabó la excusa de ser el escudo contra el comunismo", dijo el secretario del PDS. El llamamiento al PSI para que rompa definitivamente la colaboración con los democristianos en el Gobierno y facilite una alternativa de izquierdas es consecuente con estas apreciaciones.
Pietro Ingrao, que en 1951 impidió la publicación en L´Unità, el diario del partido, del Manifiesto de los 101 contra la represión en Hungría y que hoy dice arrepentirse "no de haber sido comunista, sino de no haberlo sido suficientemen te", se unió a Occhetto en la condena del golpe soviético, pero no en el resto de sus análisis, sobre todo respecto del caso italiano. "No he encontrado en la exposición de Occhetto ninguna sugerencia de temas esenciales que permitan empezar a pensar en modificaciones reales del modelo de desarrollo que caracteriza actualmente a Occidente", dijo el viejo líder para explicar que el PDS debería formular su programa antes de pensar en la unidad con el socialismo. "No perdonamos los nuevos procesos de alienación inducidos por el capitalismo de la tercera fase", señaló.
Occhetto se ha ganado el apoyo de Giorgio Napolitano, que suma al del vicesecretario, Massimo d'Alema, y al de los no comunistas, como Stefano Rodota y Paolo Flores d'Arcais, que pide la disolución de las corrientes. Pero en su camino hacia la socialdemocracia no puede permitirse el desvío de un solo voto hacia. el 3% que Armando Cossutta se llevó a Refundación Comunista.
Occhetto sólo tiene dos bazas frente, a la cúpula del PSI, que responde con signos vagos a su propuesta y excluye cualquier aproximación previa a las elecciones de mayo. Una es convencer al PSI a la vista de las últimas elecciones regionales en Sicilia, de que los socialistas ya no quitan votos al antiguo PCI. La otra, más arriesgada, sería dar su apoyo al proyecto de reforma electoral de la DC, que barrería al PSI del Parlamento. Ocehetto se ha comprometido públicamente a no hacerlo.
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