Pujol afirma que Cataluña tiene iguales derechos que Lituania, pero los ejerce por la vía autonómica

El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, y el secretario general de su partido, Convergència Democrática de Catalunya (CDC), Miquel Roca, coincidieron ayer en afirmar que los recientes sucesos en la Unión Soviética y la independencia de las tres repúblicas bálticas deben servir para que el Gobierno español modifique su política autonómica. "Tenemos iguales derechos que Lituania", dijo Pujol en conferencia de prensa, "sólo que ellos los ejercen a través de la vía de la independencia, y nosotros, de la autonomía". Tanto Roca como Pujol señalaron que la inminente negociación sobre el sistema de financiación autonómico es una pieza clave para medir la disposición del Gobierno a modificar su política.

Pujol repitió algunas de las ideas ya expuestas en los últimos días sobre las diferencias entre España y la URSS. "España es una realidad más sólida, democrática, que va a más, pero que ha hecho un esfuerzo insuficiente, a mi entender, para solucionar el problema de la coexistencia de varias naciones", dijo. El presidente de la Generalitat expuso también las diferencias de Cataluña con los países bálticos. Subrayó su deterirorada situación económica y social: "Ellos quieren huir hacia Europa, Cataluña, ya pertenece a ella".En su análisis sobre la nueva situación europea, Pujol dijo que quería mandar un mensaje claro al Gobierno: "Tómense en serio que Cataluña es una nación y que no se merece el trato que se le da y recuerde que las ideas del centralismo están quebrando en Europa y que las fuerzas nacionalistas son las emergentes". "Tómense en serio", continuó Pujol, "la financiación autonómica, las competencias de Cataluña y el papel predominante y dominante de la Generalitat como institución".

Las cosas, más claras

El líder nacionalista reiteró que todas estas reivindicaciones son las mismas que ha planteado siempre, aunque las cosas ahora están más claras que antes". Pujol insistió en que no está comparando el proceso lituano con el de Cataluña, pero que no por ello "el Gobierno puede tomarlo a broma". "SI el nacionalismo ha acabado con el faraonismo soviético, también puede acabar con otras cosas", advirtió.

Poco antes, Roca había asegurado en otra conferencia de prensa que los nacionalistas catalanes no deseaba dar consejos a nadie pero que los socialistas "harían bien en iniciar una reflexión, porque los planteamientos sostenidos por Felipe González durante el debate parlamentario del mes de julio [sobre la situación en Yugoslavia] están ya caducos y obsoletos". "El centralismo ha muerto; es evidente que ya no se podrá construir nada en libertad desde planteamientos centralistas", añadió.

En opinión de Roca, la política socialista "empieza a estar marchita de forma irrecuperable e irreversible" porque la política económica está por definir, no hay modelo de política autonómica, en política exterior se han roto todos los esquemas y el funcionamiento del Estado está peligrosamente paralizado.

El dirigente nacionalista dijo que el Gobierno carece de un modelo de política exterior y ello se ha puesto de manifiesto en los sucesos de la URSS "donde España ha demostrado que no tenía opinión y se limitaba a vacilar a la espera de que las grandes potencias se definieran". Los nacionalistas catalanes quieren convertir en un primer test para el Gobierno socialista la negociación del nuevo sistema de financiación autonómica que debería empezar a regir el año próximo y cuya negociación oficial aún no se ha iniciado pese a los sucesivos compromisos del ministro de Economía, Carlos Solchaga.

El ajuste presupuestario del Gobierno, el retraso en las negociaciones y las discrepancias entre las diferentes autonomías sobre el alcance del nuevo sistema de financiación hacen muy difícil que el acuerdo pueda estar concluido para ser incorporado a los Presupuestos Generales del próximo año.

Roca afirmó ayer que la financiación autonómica es "la piedra de toque para saber si el PSOE ha entendido lo que ha pasado en las repúblicas Bálticas" y que de alguna manera lo que suceda estas semanas condicionará la fecha de las elecciones autonómicas catalanas que tienen que celebrarse la próxima primavera, pero que podrían adelantarse al invierno. "Es necesario un nuevo estilo y un rumbo diferente por parte del Gobierno", añadió.

Respecto a la polémica desatada por unas declaraciones del primer secretario del PSC, Raimon Obiols, sobre las xenofobias y divisiones que podrían comportar los ultranacionalismos en Cataluña, Roca aseguró que las manifestaciones del dirigente socialista eran "una irresponsabilidad y una barbaridad" aparte de "una temeridad y una gran injusticia hacia la sociedad catalana". "Son expresiones típicas de un mal estilo y que los socialistas acostumbran a realizar meses antes de todos los comicios electorales", precisó.