RU 486, la misteriosa píldora anticonceptiva
Hace ya casi cinco años que, con el natural asombro, escuchaba en el televisivo Informe semanal una amplia disertación sobre una última píldora, presentada, un tanto eufemísticamente, como la "píldora antigestación". Dicho fármaco, para aumentar la aureola de misterio que le viene rodeando, salió a la luz con el nombre enigmático y cabalístico de la RU 486. En honor a la verdad, esta píldora, más que anticonceptiva es abortiva. Ingerida tras una relación sexual o al menor retraso en el periodo provoca la menstruación indefectiblemente y por un mecanismo muy sencillo. Como sabernos, desde el momento en que el óvulo es fecundado, el oreanismo femenino segrega una hormona, la progesterona, que produce en el útero las transformaciones adecuadas para la correctaimplaritación del m¡smo. Pues bien, esta píldora contiene unas moléculas semejantes a la progesterona, que la inhiben anulando sus efectos y provocando la expulsión del óvulo, haya sido o no fecundado. Como la RU 486 no es una hormona, cual es el caso de 12. píldora tradicional, no produce los efectos secundarios sobre el sistema circulatorio que se le achacan a ésta.Esta píldora, pues, se presentó ya en su día aureolada de elogiosos adjetivos. Es segura e inocua, pero, además, es revolucionaria, cosa que uno no sabe si considerar bueno o malo. Está visto que nuestra época perdió el gusto por las revoluciones, incluso las científicas, y si esta revolución atañe al sexo, a la procreación o al aborto, razón de más, pues, aunque nos refiramos con sorna a ciertos absurdos del fundamentalismo islámico, no hay que ignorar que la carga religiosa contenida en nuestras concepciones sobre el mundo del sexo han producido absurdos tan graves corno los anteriores.
La, por lo visto, aterradora revolución que la RU 486 aporta es que cualquier mujer, en la intimidad de su casa y de su conciencia, puede elegir entre soportar un embarazo no deseado o cortarlo, y ello sin temor a jueces recalcitrantes, antiabortistas violentos o caros desplazamientos a Londres.
Ésta es la razón por la que dicho fármaco parece estar sufriendo una interminable cuarentena. Cuando apareció la información en televisión a la que me referí anteriormente, comenzaba el año 1985. Por entonces, la muy severa institución americana Food and Drug Administration (FDA) había exigido un periodo de estudio de la nueva píldora de tres años. Pero ya antes de esto habíamos oído hablar de un fármaco anticonceptivo que tomado, por ejemplo, a la mañana siguiente a una noche de orgía proporcionaba puntualmente y a su debido tiempo la tranquilizadora menstruación. Por ello se la conocía en los Estados Unidos como "the after morning pill". Con esto,, a la demora de tres años había que aumentar un par más. Esto resultaba ser una larguísima hibernación cuyas causas probablemente no eran por completo científicas.
Control de la natalidad,
Tras estos afios de espera, la FDA al fin la autorizaba, a través de la Organización Mundial de la Salud, para su consumo en el Tercer Mundo, no sabemos si para paliar su superpoblación, si con el objeto de disponer de unos millones de complacientes cobayas humanas o para alejarla del cristianísimo Occidente. Finalmente, se empezó a aplicar en Francia, cuna de su nacimiento -el inventor, Etienne Emile Beaulleu, es francés-, pero solamente en los centros de planificación familiar. últimamente parece ser que también se va a comercializar en el Reino Unido y en los países escandinavos.
Dada esta supuesta inoculdad de la RU 486 sí que supondría una revolución en el control de la natalidad y en el enconado problema del aborto. De poco servirá fijar los famosos plazos en los que el aborto está despenalizado si toda mujer podría efectuarlo a solas, en privado y sin peligro. Es más, tomado a la primera falta, la mujer ignoraría si se había quedado embarazada o si se trataba de un simple retraso en la regla. Y aunque, efectIvamente, se expulsara un óvulo fecundado, la mayor parte de las veces con unos días de edad, los antiabortistas tendrían que cambiar su parafernalla de fotos de embriones, corazones latiendo e interminables lucubraciones sobre el origen de la vida. Realmente, nuestro Gobierno, actualmente en trance de perfeccionar las leyes sobre el aborto, se ahorraría muchos quebraderos de cabeza permitiendo previamente la comercialización en España de la RU 486.
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