Procesada Amalia Yoma, cuñada del presidente argentino
La juez federal argentina María Servini de Cubría decretó el miércoles el procesamiento de Amalia Yoma, más conocida como Amira, cuñada del presidente Carlos Menem, por su presunta implicación en el delito de blanqueo de dólares procedentes del narcotráfico. Amira, hermana de la esposa de Menem, Zulema, dimitió el mismo día de su cargo de directora de audiencias de la presidencia con un escrito fechado el martes pasado.Los acontecimientos se precipitan en Argentina en lo que la prensa llama narcogate o yomagate, desencadenado en España por las investigaciones y acusaciones del juez Baltasar Garzón cubrirá varios personajes relacionados con el blanqueo de dólares y algunos vinculados al entorno político y familiar de Menem.
Ahora le tocó el turno de pasar a la condición de procesada a Amira, cuñada de Menem, la cual, hasta el miércoles, conservaba su condición de "imputada no procesada". Amira, apodo familiar que significa princesa, una hermosa mujer próxima a cumplir 40 años, se vio obligada a presentar la dimisión definitiva de su cargo de directora de audiencias de la presidencia.
La dimisión de Amira se concretó tras un tira y afloja entre bastidores. Según informaciones de prensa, intervinieron en la negociación del cese de Amira Munir Menem y Emir Yoma, dos personajes de las familias del presidente y de su esposa. Se buscó dar a Amira una salida lo más airosa posible dentro de su complicada situación. En la Presidencia estaban preparados dos decretos: uno, por si Amira presentaba la dimisión de su cargo, y el segundo, con la destitución, si insistía en no renunciar y se aferraba a su cargo. Al final, Amira dimitió por medio de un escrito en el que justifica su paso en poder defenderse "con absoluta libertad ante las perversas y calumniosas imputaciones que se me han efectuado".
El mismo día en que se hizo pública su dimisión, la juez Servini decretó el procesamiento de Amira, que pasa así a tener la misma situación procesal de su ex marido, el ciudadano sirio Ibrahim Al Ibrahim, procesado y en libertad provisional tras pagar una fianza de 40.000 dólares (unos 4,4 millones de pesetas). Ibrahim es quizá el personaje más extraño en toda esta trama criminal. Se trata de un sirio con conocimientos rudimentarios de español que fue nombrado con un alto cargo en la principal aduana argentina, la del aeropuerto de Ezeiza, donde hacía y deshacía a su antojo.
Otro personaje en entredicho en esta especie de Dallas del río de la Plata es la juez Servini, que ayer mereció la portada de la revista Gente bajo el titular Una juez bajo sospecha. Uno de los subtítulos de la portada dice: La pelea con el juez Garzón. La comisión parlamentaria encargada del control de los jueces ha iniciado trámites para un juicio político contra la juez por la sospecha de que existen irregularidades en su actuación procesal en el caso del blanqueo de narcodólares que implica a Amira Yoma, a su ex marido Ibrahim y a otros.
El vicepresidente segundo de la Corte Suprema de Justicia, Rodolfo Barra, reconoció la existencia de "presiones externas" en el yomagate, pero añadió que "son lógicas cuando hay intereses políticos en juego y estamos a la puerta de un acto electoral". Para el próximo 8 de septiembre están previstas elecciones para gobernadores en las provincias más importantes de Argentina y una renovación parcial de las cámaras, que podría suponer la pérdida de mayoría del Gobierno peronista.
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