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La viuda de Lawrence Durrell niega el incesto del escritor con su hija

La acusación proviene de la albacea de la joven fallecida

La viuda y la agente del escritor británico Lawrence Durrell, fallecido en noviembre pasado a los 78 años, han desmentido las declaraciones de la albacea literaria de su hija Sappho, de que la joven fue forzada a mantener relaciones incestuosas con su padre. La viuda, Françoise Kertsman, dice estar irritada por el caso, mientras la agente mantiene que la hija estaba loca y que la albacea, Barbara Robson, busca el escándalo en beneficio propio. "No me cabe duda de que toda la familia va a decir que estaba desequilibrada", replica Robson. "Pero es completamente falso".

Sappho se suicidó en 1985, a los 33 años, dejando tras de sí una amplia colección de escritos y confesiones sobre las tormentosas relaciones con su padre, en poder de Barbara Robson, una vecina que escribía artículos para centros de estudios conservadores. "Muy poco de lo que escribió tiene que ver con la relación sexual, porque fue de corta duración; pero por lo escrito no cabe duda de que hubo una relación sexual", señala Robson."Parecía culparse en parte por 'lo que hicimos juntos', aunque nunca le perdonó que lo usara como material en sus libros", recuerda la albacea, que ha revelado el caso en The Sunday Telegraph. "Sappho habló a otras personas sobre el incesto y se horrorizó cuando recibió una carta del biógrafo de Durrell en la que le sugería que podía pasar el invierno 'hecha un ovillo con tu padre', lo que interpretó como que él sabía algo del asunto".

Sappho, hija de la segunda mujer del escritor, tuvo una infancia poco feliz, y al fracasar el cuarto matrimonio del novelista, Durrell la llamó a su lado, cuando ella rondaba los 18 años.

En este momento se produjeron los presuntos encuentros incestuosos, que contribuyeron a la posterior conflictiva existencia de la hija, quien llegó a darle vueltas a la idea del parricidio, "no en general, sino en concreto con mi padre".

Las novelas del escritor británico exiliado en la Provenza son un completo catálogo de aberraciones sexuales, entre las que no son extrañas el incesto y abuso de menores. "Para Durrell, el incesto no era tabú. El manifestaba que era la fuente de toda cultura, el origen de todo drama", escribe Robson.

El novelista, que siempre mantuvo que ningún buen autor necesitaba escribir su autobiografía y que su vida estaba en sus libros, comenzó a trabajar en aquella época, a principios de los años setenta, en El quinteto de Avignon, en donde Robson lo identifica como lord Galen y en donde Sappho aparece en varios personajes, pero sobre todo en la bisexual Livia.

La morbosa vida de Sappho, a la que hasta su nombre torturó en ocasiones, concluyó con su suicidio por ahorcamiento en una habitación de Londres muy parecida a la del cuadro La muerte de Chatterton.

En el sobre que recogía un testamento modificado con posterioridad escribió: "En caso de que mi padre pida que me entierren con él, mi deseo es que se rechace la propuesta".

Françoise Kertsman, la última mujer de Durrell, asegura que Sappho mantenía muy buenas relaciones con su padre. "Estoy irritadísima", dice al comentar estas revelaciones. "Es posible que Larry usara a su hija para su libro con la imaginación, pero eso es todo".

Anthea Morton, quien fuera agente del escritor, es más combativa: "Sappho estaba pirada. Yo la visité en el psiquiátrico. Es increíble de lo que es capaz alguna gente para darse importancia cuando ninguno de los implicados puede defenderse".

Robson dice que tales reacciones eran de esperar, pero mantiene que ella no se ha inventado nada, y asegura que lo probará cuando encuentre un editor para los escritos de Sappho, que deseaba publicarlos.

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