Manifiesto de 42 académicos y catedráticos de Historia en defensa de las humanidades

Los académicos de la Historia Antonio Domínguez Ortiz, José María Jover, Felipe Ruiz Martín y José María Blázquez y 38 catedráticos de Historia de varias universidades españolas difundieron ayer un manifiesto en el que expresan su preocupación por el deterioro de la enseñanza de la Historia y de las humanidades que, en su opinión, puede derivarse de la reforma de la enseñanza secundaria y especialmente del proyecto de creación de una licenciatura en Humanidades.

Los 42 firmantes del escrito dicen que las reformas en curso en la enseñanza secundaria ya han relegado esos conocimientos [los humanísticos] a un papel mínimo", y añaden que tales reformas "contradicen las tendencia más recientes en materia educativa en los países europeos".No obstante, la mayor inquietud de los historiadores españoles se debe al proyecto que en estos momentos estudia el Consejo de Universidades para la creación de una licenciatura en Humanidades de la que afirman que "resume saberes muy distintos sin un mínimo criterio y obliga, por tanto, a una trivialización de la enseñanza que de los mismos pueda darse".

"Por si fuera poco", continúa el escrito, "esa licenciatura cerraría cualquier posibilidad de acceder al mercado de trabajo a los licenciados en Historia, Filosofía o Filología y, a medio plazo pondría en peligro la investigación en estas materias en la Universidad española".

Los académicos y catedráticos firmantes, después de asegurar que no existen en las universidades europeas unos estudios semejantes por el nivel de generalización y ausencia de especialización", llaman a todas las facultades de Historia y, en general, a las de Filosofía y Letras a que expresen su protesta ante el Consejo de Universidades. "Alertamos a la opinión pública de un peligro gravísimo para el futuro de la cultura española", concluyen.

Julio Valdeón, catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Valladolid, y uno de los 42 firmantes del documento, manifestó a este periódico que el escrito responde a una inquietud generalizada entre los historiadores de todas las universidades españolas y, en general, de todos los humanistas.

Por lo que concierne a las lineas hasta ahora conocidas del enfoque de la historiade España en el futuro bachillerato, Valdeón opina que la obsesión por el estudio de "la realidad más inmediata" va a conducir a un abandono absoluto del estudio global de los procesos históricos". "Tal como se están proyectando las cosas", añade, "no podrá hablarse en propiedad de una historia de la España contemporánea, sino de la "España actual".

Según Valdeón, las reformas educativas en España parecen empeñadas en recorrer un camino que otros países europeos han empezado a rectificar recuperando el estudio sistemático de toda su historia e incurriendo, incluso, en el regreso, que a él le parece exagerado, a la tradicional memorización de datos y de nombres propios.