Una huelga suspende una ópera cuando el público ya estaba en la sala

Los aficionados al teatro lírico, los admiradores de José Saramago y el público portugués en general corren el riesgo de tener que viajar al extranjero para asistir a la representación de la ópera Blimunda, inspirada en la novela Memorial del convento, del escritor portugués. Una huelga de los músicos de la orquesta del Teatro Nacional de San Carlos obligó anteayer a suspender el estreno, cuando el público había ocupado ya sus asientos.

Las negociaciones entre la administración del teatro y el sindicato de los músicos para resolver un conflicto que se arrastra desde hace varios meses se prolongaron hasta la hora prevista para el inicio de la representación de gala, a la que debía asistir el presidente Soares. Varios miembros del Gobierno y personalidades del mundo de la cultura portuguesa ya habían ocupado sus asientos cuando, con una voz quebrada por la emoción, una portavoz de la administración anunció que habían fracasado todas las tentativas de llegar a un acuerdo. Según dicha portavoz, no sólo no era posible llevar adelante la representación prevista para esa misma noche, sino que la producción estaba irremediablemente comprometida. La obra fue representada el año pasado, con gran éxito, en la Scala de Milán y éste debía ser su gran estreno en Portugal.Todos los billetes para las tres representaciones ele Blimunda en Lisboa habían sido vendidos con semanas de anticipación y, además del grave perjuicio causado a la administración del Teatro Nacional, que deberá soportar todos los gastos ocasionados por la ruptura del contrato con la compañía de la Scala de Milán y con los artistas, la huelga provocó una enorme decepción entre el público, que se ve así impedido de conocer una ópera inspirada en la obra de un escritor portugués contemporáneo. Además, la popularidad de José Saramago había hecho esperar hasta el último momento que los músicos no llevarían a la práctica su amenaza de huelga y optarían por otra forma de protesta. No ocurrió así y el incidente amenaza con transformarse en un acontecimiento político nacional, dando nuevos argumentos a los partidos de la oposición socialista y comunista que exigen la dimisión del secretario de Estado de Cultura. Según el sindicato de los músicos, el conflicto no se debe a meras reivindicaciones salariales y lo que está en causa es el proyecto del Gobierno de disolver la orquesta y los coros del Teatro San Carlos.