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Alianza, y no reacción

Hace 30 años, los liberales norteamericanos apoyaron la Alianza para el Progreso en América Latina de John F. Kennedy. Hoy, muchos liberales de entonces se han unido para hacer fracasar un acuerdo para liberalizar el comercio entre México y EE UU porque podría producir demasiado progreso. La transformación de algunos progresistas en una fuerza reaccionaria es un acontecimiento sorprendente.La oposición al libre comercio más curiosa proviene de las organizaciones ecologistas norteamericanas, como Greenpeace y la National Wildlife Federation (...), que han denunciado ante el Senado que "las áreas rápidamente industrializadas como resultado de acuerdos de comercio libre se convierten en áreas en las que reina el desastre ecológico". (...)

El consejero del Departamento de Estado, Robert Zoellick, ha declarado en el Senado que un pacto de comercio libre crearía de 44.000 a 150.000 puestos de trabajo en EE UU. El promedio de importación mexicana -aproximadamente del 10%- de mercancías de EE UU es más alto que el promedio estadounidense, del 3% al 4%, de mercancías mexicanas. Lo que tienen en común todos estos adversarios es el miedo al cambio, al crecimiento económico, a lo que los liberales acostumbraban a llamar progreso. En la URSS, los reformistas realmente liberales tienen un calificativo para este tipo de personas: reaccionarios.

2 de mayo

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