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Inaugurada en Berlín la exposición 'Metrópolis', símbolo de la unificación

Participan los españoles Cristina Iglesias, Federico Guzmán y Juan Muñoz

El célebre museo Martin-Gropius-Bau, de Berlín, presenta una gran exposición como símbolo de la unificación y del final de siglo. La muestra, con el grandilocuente título de Metrópolis, está organizada por la Asociación Zeitgeist para el Fomento del Arte en Berlín. Zeitgeist, término creado por Hegel, en alemán significa espíritu de la época, y éste fue también el nombre de la legendaria exposición de 1981 en el mismo lugar por los realizadores de Metrópolis, Christo Joachimides y Norman Rosenthal. En la misma participan los españoles Cristina Iglesias, Federico Guzmán y Juan Muñoz.

No es casual que esta exhibición se lleve a cabo en Berlín, que aspira a ser una verdadera metrópoli en el corazón de Europa y que se encuentra en un estadio de transición y concreción. Uno de los promotores del proyecto, Joachimides, historiador del arte, filósofo sociólogo griego, residente en Berlín, caracteriza esta situación de cambio: "A principios de esta década, nos encontramos ante nuevos cuestionamientos de índole política, social y condicionados por los medios, que exigen también de los artistas nuevas respuestas, v es entonces cuando un arte en transformación se presenta ante nuestros ojos como un inmenso calidoscopio de diferentes enfoques artísticos, posiciones formales y conductas diferenciadas",El realizador Joachimides pretende establecer un nexo entre los grandes ejemplos de una generación que ya hacía arte en los años sesenta (como Georg Baselitz, Gerhard Richter, Bruce Nauman, Richard Artschwager, Gilbert & George) y aquellos artistas más jóvenes que han redescubierto o hasta inventado el corte social del arte. Joachimides ve hoy la legendaria exposición Zeitgeist de 1981 como la hora de Picasso. Ahora parece serlo de Duchamps.

Espacios espirituales

En esta joven generación se inscriben los tres artistas españoles. Cristina Iglesias, que actualmente vive en Torrelodones y expone tres obras sin título, que son esculturas con carácter arquitectónico, trabajadas en materiales como hormigón, hierro, vidrio y losas de alabastro, que no se sitúan en medio de un recinto, sino que están estrechamente unidas a las paredes, por lo cual no se las puede rodear ni andar entre ellas. "Son espacios espirituales entre una apertura contenida e introversión", según el catálogo. El sevillano Federico Guzmán está presente con seis obras Las fronteras espirales, Fe de pobre 91, Dibujo de Sampletown, Retrato sin bordes, Raíces circulares y Starpower. Figuras amorfas constituyen el centro de la obra de Guzmán; huellas entreveradas se insertan en sus imágenes como abstracciones cartográficas y siluetas de cuer pos, mediante alambres y superficie de gomas (cubiertas de coches y bicicletas) que am plían la imagen en el espacio colocando en el centro de la vista la zona límite entre lo bi y lo tridimensional. "Para Guzmán, las experiencias con imágenes también son experiencias límites o fronterizas". Los materiales empleados por Guzmán son la goma de pegan, el lienzo y el fieltro.El tercero de la terna es el madrileño Juan Muñoz, cuya obra expuesta es Treshold / Umbral, de terracota. El catálo go cita a Juan Muñoz: "Yo construyo metáforas en forma de escultura, porque no veo posibilidad de explicar lo que me preocupa".

Metrópolis es una metáfora que alude a la legendaria película homónima de Fritz Lang de 1926 que tiene como centro la atmósfera, la jungla y la filosofía de la jungla urbana. Al entrar en este fascinante patio interior, una superficie de unos 650 metros cuadrados, el espectador se enfrenta a una plástica sobredimensional de unos nueve metros de altura y de colores vivos al estilo pop-art. Ballerina clown -así es el título de la obra del norteamericano Jonathan Borofsky, una mezcla entre payaso y bailarina- pareciera una reminiscencia irónica de aquel homúnculo femenino diseñado en la Metrópolis de Fritz Lang. A un costado, junto a las columnas de la galería, hay una inmensa plástica que ocupa casi todo el largo del patio interior , configurada por dos hileras de seis cilindros de acero especial, piedra artificial y neón. Esta plástica, sobre un suelo de linóleo, del escocés lan Hamilton Finaly se titula Cythera. Un inmenso cajón de madera, Knipschaarhuis I, polígrafo sobre madera, del belga Jan Fabre, dispuesto en un rincón del patio, completa las obras expuestas en este recinto, que forman un campo de fuerza con el ambiente neoclasicista del Martin-Gropius-Bau.

Esta primera impresión se va confirmando al subir las escaleras a las dos galerías superiores y al entrar en las salas axiales donde están expuestas las demás obras. Metrópolis reúne 188 obras de 72 artistas que representan a 20 países, entre los que predominan alemanes y norteamericanos.

Lo que caracteriza a casi todas las obras es su dimensión. Son contadas aquellas pequeñas y las que alcanzan tamaño normal. Dominan las inmensas instalacl ones, los gigantescos objetos. La exposición causa impacto y abruma en vez de permitir la comunicación entre el espectador y la obra.

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