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Baker vuela hasta el Cáucaso para implicar a la URSS en el plan de paz sobre Oriente Próximo

La diplomacia norteamericana estaba ayer empeñada en comprometer el apoyo de la Unión Soviética para infundir vida al más reciente plan de paz para Oriente Próximo. El anuncio de que el secretario de Estado, James Baker, interrumpiría brevemente su tercera gira por la región para una urgente entrevista con su colega soviético, Alexandr Besmértnij, en el balneario de Kislovodsk en las próximas horas pareció confirmar la impresión de que Estados Unidos considera esencial un categórico apoyo de la URSS para poner en marcha las negociaciones de paz entre árabes e israelíes.

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La imitación de la Unión Soviétia, silgiere también que Washington no ha logrado implicar a Israel, y a Siria a aceptar un plan que contempla negociaciones de paz con patrocimo de las principales potenclias y la Comunidad Europea, aunque fuera del ámbito de las Naciones Unidas.Les primeros indicios de que Wasbington habia optado por solicitar el concurso del Kremlin surgieron después de que Baker recibíera en Damasco nuevas ad vertencias de que Siria insistiría en la convocatoria de una conferencia, internacional de paz en el marco de la ONU.

Según los analistas políticos, lo que Baker, al parecer, obtuvo en sus conversaciones con el presideme Hafez el Asad ayer fue un cortés pero irrevocable rechazo a la idea deconversaciones de paz a un nivel exclusivamente regional. Según fuentes cercanas a Baker, tras el encuentro de Kislovodsv , el secretario norteamerieano viajará nuevimente a Jerusalén. e', viernes, para tratar de franquear la oposición israelí a todo contacto con la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).

Baker, en la más crucial etapa de la misión que inició hace seis semanas paree e optimista a juzgar por expresiones de sus ayudantes. En medios diplomáticos norteamericanos, ayer se hablaba de la posibilidad de un "avance" significativo, si Moscú decide a compartir el proyecto.

Wishington, ansioso por materializar su promesa de acelerar la búsqueda de una solución al conflicto árabe-israelí como recompensa a la contribución árabe a la derrota sobre Irak, está claramente recurriendo a todos los medIos a su alcance. Al parecer la creencia norteamericana de que la URSS puede influir en las decisiones de Damasco es la prIncipal causa de la inesperada etapa soviética de la gira.

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Las conversaciones que Baker sostuvo separadamente con el ministro sirio de Asuntos Exteriores, Faruk al Shara, y el presidente Asad no produjeron pronunciamientos inmediatos. Pero el tono de los editoriales de la prensa gubernamental siria en vísperas de esos contactos parecía descartar esperanzas.

Resoluciones de la ONU

Baker fue cordialmente recibido por el protocolo sirio, pero la prensa oficial de Damasco fue menos diplomática. El Syria Times, el único diario en inglés, advirtió que cualquier avance resultaría impensable si EE UU no presiona a Israel para que acate las resoluciones de la ONU.

Sin una posición clara por parte de Estados Unidos y un sólido compromiso por la paz, la política agresiva y expansionista de Israel no cesará", dijo el Times, al tiempo que acusaba al Gobierno israelí de sabotear toda iniciativa de paz. Hafez el Asad, sin duda, quiere que cualquier solución al viejo conflicto pase por la devolución de los Altos del Golán, capturados por Israel en la guerra de 1967 y anexionados por el Estado judío en 1981, junto con otros territorios bajo ocupación israelí. Israel se niega aceptar la idea de una conferencia auspiciada por la ONU y se opone a dialogar con la OLP, a la cual, a pesar de concesiones hechas por Yasir Arafat, sigue considerando como una "banda terrorista". Con idéntico ahínco se opone a considerar la fórmula "de paz a cambio de territorios", en que se basan al menos dos resoluciones claves de la ONU.

Las conversaciones de Damasco coincidieron con una inusitada actividad diplomática en toda la región, pero los resultados de esos contactos se mantenían en reserva. El lunes, Asad recibió un mensaje personal del presidente egipcio, Hosni Mubarak, que ha dado pleno apoyo al plan de Baker, aunque advirtiendo que la participación de la OLP en cualquier foro de paz es indispensable.

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