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Entrevista:Nursultan NazarbaevPresidente de la República de Kazajstán

"Si Gorbachov no da un giro radical, 1991 puede ser su último año"

Pilar Bonet

Nazarbaev fue obrero antes que funcionario. En un combinado metalúrgico de la ciudad de Temirtau sacaba el hierro fundido de los altos hornos para meter en los moldes. De la fábrica pasó a la política y a la escuela superior del PCUS. En su despacho, en el edificio del Comité Central del Partido Comunista de Kazajstán, Nazarbaev habla relajadamente. El presidente es un ferviente partidario del Estado soviético y un ferviente defensor de los intereses de su república."Kazajstán está por la unión pero una unión nueva, normal humana, y no totalitaria. Queremos una unión que reconozca la soberanía de las repúblicas, que les deje total libertad política y económica, y posibilidades de salir independientemente al mercado internacional y de tener relaciones y dar facilidades a empresas extranjeras. Estamos dispuestos a entregar al Gobierno federal ciertas competencias parte de nuestra soberanía", dice Nazarbaev.

Amplia privatización

Nazarbaev trabaja para que el Tratado de la Unión se firme en la primera mitad de este año pero si el borrador publicado no se mejora, las repúblicas van a elaborar ellas mismas el Tratado de la Unión, "sin el centro", señala el líder kazajo.

"Nuestra república", subraya, "ha emprendido una política de amplia privatización, pero, como no existe una delimitación de la propiedad, no podemos llevarla a cabo. En el proyecto de Tratado de la Unión hay discrepancias. Hay que determinar más exactamente las competencias del centro, concertar las competencias de las repúblicas en las relaciones económicas exteriores y determinar quiénes serán los sujetos de la federación. Nosotros estamos en contra de que las repúblicas autónomas firmen el Tratado de la Unión".

El presidente Gorbachov parece utilizar las repúblicas autónomas para debilitar la de Yeltsin. "Absurdo", exclama Nazarbaev. "Yo le dije en público a Gorbachov que exaltar a las autonomías para luchar contra Yeltsin es un juego sucio". Nazarbaev cree que el Consejo de la Federación, el organismo que agrupa a los dirigentes de las repúblicas soviéticas, "por desgracia, no representa nada". "Nos ponemos de acuerdo y después todo sucede de modo completamente distinto". El presidente de Kazajstán aboga por una disposición que "obligue a examinar lo acordado en el Consejo de la Federación en el Sóviet Supremo". La propuesta de mesa redonda con las repúblicas, formulada por el líder ruso Borís Yeltsin, no impresiona a Nazarbaev. "Por desgracia, Borís Yeltsin dice a menudo cosas que ni él mismo entiende. Dice lo que le han preparado. ¿Quién se sentaría a la mesa redonda? ¿Quién existe aparte de los comunistas?".

El presidente de Kazajstán considera que Rusia Democrática, el mayor movimiento de la Federación Rusa, "son 500 moscovitas" que "no tienen ninguna base política". Para las repúblicas, afirma, está el Consejo de la Federación".

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Para llegar al consenso político en la URSS, Nazarbaev piensa que hay que firmar el Tratado de la Unión y cumplir la ley. "Aquí no funcionan las leyes, debido a la debilidad de Gorbachov y su entorno. Se derrama sangre en Osetia del Sur. ¿Qué otro país lo permitiría? Se derrama sangre en Nagorno Karabaj. ¿Qué Estado es éste que no puede defender a su gente? Hay que elaborar un mecanismo sobre la base del Tratado de la Unión que permita introducir el estado de excepción y que los partidos pasen de los mítines a los programas políticos y económicos y luchen por el poder en el Parlamento".

Nazarbaev es partidario de un programa económico contra la crisis y un Gobierno de confianza. ¿Ve el presidente Nazarbaev alguna salida para la lucha por el poder entre Gorbachov y Yeltsin? El presidente de Kazajstán piensa que Yeltsin no puede hacer su propia reforma sin contar con el centro, y que las repúblicas están tan vinculadas que no pueden prescindir las unas de las otras. "Hace poco", señala, "me reuní con [el secretario de Estado norteamericano] Baker en Moscú, a petición suya y a solas. Baker me preguntó qué pasará con las seis repúblicas que no quieren firmar el Tratado de la Unión. Kazajstán suministra pan a todas las repúblicas del Báltico y este año les hemos dado el doble de lo que les corresponde, porque están hambrientas. Todas las fábricas de la URSS reciben los metales no ferrosos de Kazajstán. Si no firman el tratado, yo el año que viene les plantearé que deben comerciar con nosotros en divisas a precios de mercado. Baker me preguntó cómo van a sobrevivir, y yo le contesté que EE UU cargue buques y les dé gratis todo lo que necesitan. Baker rechazó la idea".

¿Se quedará Gorbachov en el poder hasta el final de su mandato? "Eso depende de él", dice Nazarbaev. "Este año es su última oportunidad. Si da un giro radical, si toma el poder en sus manos, si comienza a dirigir la situación y propone un programa interesante que la población acepte, entonces puede que sí. De lo contrario, 1991 puede ser su último año. Es mi opinión".

Falta una "tercera fuerza"

El presidente Nursultan Nazarbaev es receptivo a la idea de una "tercera fuerza" que neutralizara el dilema Gorbachov-Yeltsin, pero no ve que ésta se encarne hoy en un líder concreto."La situación peor se da en Rusia". Los dirigentes rusos, señala, "no se preocupan de la economía, sino de la política. El pueblo no les aguantará tanto". En Kazajstán, afirma, la situación es mejor, a pesar de que la república se encuentra, como Rusia, privada de la posibilidad de establecer relaciones económicas exteriores y controlar el sistema monetario y crediticio, las aduanas y las divisas".

Moscú no cierra los ojos

El presidente de Kazajstán no cree que Moscú cierre los ojos ante iniciativas de su república que no le aguanta a Rusia. "Yo hago las cosas sin consultar a Moscú". Nazarbaev está de acuerdo con Gorbachov en las líneas estratégicas, pero no en la práctica. "Gorbachov es un político, no un economista, y debería tener un equipo que determinara la política económica. Esto no sucedió. Gorbachov se dejó llevar por el Gobierno de Rizhkov, los ministros, los viejos cuadros del partido, que le apartaban de la economía de mercado. Y se sometió, porque él mismo no sabe, a su alrededor no tiene gente que sepa y no escucha. Sólo en 1990 entendió que debía dirigirse hacia la economía de mercado. Nosotros ya lo decíamos en 1986, cuando era más fácil.

"Yo apoyé el plan de los 500 días, pero todos empezaron a decirle a Gorbachov que aquello era el capitalismo y una desviación y él comenzó a vacilar y a pensar en la idea socialista. Hay que decidirse a ir a alguna parte alguna vez".

Nazarbaev dice haber trabajado mucho en su momento para acercar a Yeltsin y Gorbachov". "Pero ya ve, no conseguí gran cosa", agrega. El líder de Kazajstán admite que puede haber algún "resentimiento interno" entre ambos políticos, pero le parece que "Gorbachov estaba más inclinado a mejorar las relaciones". "Sobre Yeltsin influyen muy poderosamente fuerzas de su entorno. Yeltsin basa su autoridad en el enfrentamiento, en la crítica y mantiene esta imagen".

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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