Alemania exige convergencia económica para la segunda fase de la unión monetaria
Alemania, apoyada por Holanda y Dinamarca, exigió ayer en Luxemburgo la plena convergencia de las economías de los Doce antes de que comience la segunda fase de la unión económica y monetaria. El Gobierno alemán no cuestiona directamente la fecha -1 de enero de 1994- fijada para el inicio de esta segunda etapa decisiva para la creación de una moneda única, pero pone condiciones que obligan a tener presente la probabilidad de un retraso.España, según el director general del Tesoro, Manuel Conthe, apoya esta postura de llevar a cabo la convergencia económica, "pero no se puede aspirar a tener todos la inflación alemana a principios de 1994". En su intervención ante losdemás ministros, el secretario de Estado de Economía, Pedro Pérez, hizo hincapié en el esfuerzo de acercamiento de nuestra economía desarrollado en los últimos años y en la voluntad de "intensificarlo todo lo necesario para garantizar el éxito político y económico (le la futura unión".
Para el presidente de la CE, Jacques Delors, si estas exigencias se hubieran planteado en 1979 no se hubiera creado el Sistema Monetario Europeo. "Hace falta un equilibrio entre el sentido político y el realismo económico", dijo.
Las condiciones previas para el inicio de la segunda fase establecen una barrera entre los Doce. La mayoría -Francia, Italia y Bélgica, entre ellos- defiende la tesis de la Comisión de que el 1 de enero de 1994 es un fecha asumida políticamente en la cumbre de octubre pasado en Roma y hay que cumplirla. El grupo encabezado por Alemania sostiene que no habrá fecha hasta que no se cumplan los requisistos. Reino Unido se mantiene al margen porque aún no acepta la moneda única.
El punto de encuentro consensuado es poner en marcha programas de convergencía que posibiliten el acercamiento de las economías para 1994. El Consejo de Ministros de Economía haría públicas cada seis meses las recomendaciones a cada país para reducir la inflación (se perfila un objetivo del 3%) y recortar el déficit presupuestario. Además se prohibiría la emisión de billetes para financiar los déficit, cada Estado sería responsable de su deuda y se obligaría a iniciar el proceso de independencia de los bancos centrales.
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