Una conferencia europea reclama la enseñanza de dos idiomas extranjeros
La Conferencia Internacional de Barcelona sobre El plurilingüismo en Europa realizó ayer un llamamiento a los Gobiernos para que promuevan la enseñanza -desde la escuela maternal- de dos lenguas vivas, además de la propia de los escolares. El manifiesto que contiene este llamamiento fue aprobado con 112 votos a favor, 35 en contra y 61 abstenciones, en un clima de clara división entre los asistentes sobre el concepto de lengua propia.Esta conferencia, celebrada en la Universidad de Barcelona, ha sido organizada por la Asamblea de las Regiones de Europa, la Generalitat de Cataluña y la asociación francesa El Mundo Bilingüe. A lo largo de su desarrollo se puso claramente en evidencia la existencia entre los asistentes de dos concepciones sobre el plurilingüismo. Una era la de los partidarios de promoverlo a partir de las grandes lenguas oficíales en los Estados europeos (inglés, francés, castellano, alemán, etcétera); la otra era la de los que lo defendían a partir de la lengua propia de cada ciudadano o colectividad, tanto si es oficial en su respectivo Estado coi-no si no lo es (caso del catalán, gallego o euskera en España).
El manifiesto fue elaborado por un comité científico Compuesto por profesores de universidades francesas, checoslovacas, rumanas, húngaras y polacas, así como de las de Barcelona, País Vasco, Islas Baleares y Valencia, y expertos de instituciones como el Centro Europeo de Estudios Étnicos y Regionales y la Escuela de Altos Estudios de París.
A juicio de los defensores del plurilingüismo a partir de la lengua propia de los ciudadanos, el texto adoptado contenía numerosas amblgüedades. Eran fruto del compromiso alcanzado con los que estaban preocupados por la creciente fuerza del inglés sobre las demás lenguas. El delegado general de El Mundo Bilingüe, Jean-Mari Bressand, provocó un incidente en la última sesión al elogiar a los países que fueron colonizados y que han tenido, dijo, "la sabiduría de conservar" la lengua de la potencia que los colonizó. Ante las protestas con que fue acogida esta afirmación, Bressand tuvo que desistir de continuar su discurso.
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