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Mitsubishi oculta los detalles de la compra de dos cuadros de Renoir

En la operación de la firma japonesa no aparecen mil millones de pesetas

Mitsubishi Corporation, la mayor compañía comercial japonesa perteneciente al emporio del mismo nombre, está envuelta en una presunta operación irregular de compra de arte que ha llevado a que las autoridades fiscales se hayan decidido a la apertura de una investigación. En juego están 1.500 millones de yenes (1.140 millones de pesetas) que no aparecen por ninguna parte y que se sospecha que la firma haya tratado de ocultar para evadir impuestos en la adquisición de dos cuadros de Auguste Renoir (1841-1919).

La operación es rocambolesca y en ella intervienen dos marchantes de nacionalidad francesa, residentes en Suiza, a quienes Mitsubishi asegura les pagó en la habitación de un céntrico hotel de Tokio, el 28 de marzo de 1989, 3.600 millones de yenes (2.736 millones de pesetas) por las obras del impresionísta francés, Mujer después del baño y Mujer leyendo. Sin embargo, nadie con el nombre que la firma ha facilitado entró por esas fechas en Japón ni tampoco existe huella de ellos en la dirección suiza.Las autoridades han descubierto que el mismo día que se efectuó la misteriosa operación, una galería de arte de Tokio llamada Art France vendía los dos cuadros por 2.125 millones de yenes, es decir, 1.500 millones menos de los que Mitusbishi afirma pagó. Tiempo después, en octubre de ese año, ésta revendió los renoir por 4.100 millones de yenes al Tokyo Fuji Art Museum, una espectacular galería localizada en la ciudad de Hachioji.

Secta budista

Este museo es propiedad de Soka Gakkai, una multimillonaria secta budista que cuenta con más de seis millones y medio de afiliados y que está considerada como el brazo espiritual y sobre todo financiero del partido centrista Komeito, cuya traducción en castellano es "Gobierno limpio". Las autoridades del museo han dicho que la adquisición de los dos cuadros fue legítima.El presidente de la pederosa firma comercial, Hideo Noguchi, no ha querido revelar detalles de la operación de compra pero ha manifestado que Mitsubishi no ha cometido ninguna acción ilegal. El director de la galería Art France se ha negado a ser más explícito, identificando misteriosamente como una "organización" al comprador, pero sí ha reconocido que no vendió los cuadros por lo que indica Mitsubishi. El diario Asahi aseguró ayer haber descubierto que parte de los 36 cheques del Mitsubishi Bank con que se realizó la operación se extendieron a nombres falsos e insinuó la sospecha de que el dinero pueda haber servido para crear fondos ocultos.

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