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Günter Grass critica el uso del 'Guernica' en un anuncio del Ejército de la RFA

El escritor alemán dice que el texto "oculta el motivo que dio origen al cuadro"

El escritor alemán Günter Grass, en un acto celebrado el viernes en Berlín y convocado por el presidente federal, Richard von Weizsäcker, criticó la utilización del cuadro Guernica, de Picasso, en un anuncio publicitario de la Oficina del Ejército Federal para explicar su misión de paz y sus diferencias con los ejércitos de regímenes totalitarios. En su texto, titulado Un cuadro ultrajado, el autor de El rodaballo y Alemania, una unificación insensata, dice que el anuncio publicado en la prensa alemana "oculta el motivo que dio origen al cuadro" pintado por Pablo Picasso.

En el hermoso palacio de Bellevue, residencia oficial del presidente federal en Berlín, dos escritores alemanes avivaron el pasado viernes, ante un público que mezclaba a la crème de la crème de la clase política berlinesa con algún ministro federal, presidentes de länder, embajadores, editores de rango en Francfort, redactores famosos, históricos de la revolución del Este, artistas, pacifistas y demás clases variopintas, el rescoldo de la cultura alemana para que no se apague el fuego.En el acto, convocado y presidido por Richard von Weizsäcker, dos conocidos escritores ofrecieron una lectura pública de sus textos. El uno, un ossi, Günter de Bruyn, escritor relativamente premiado y con varias obras conocidas (como El asno de Buridán); el otro, un wessi mundialmente famoso gracias a un tambor, Günter Grass.

De Bruyn leyó dos capítulos de unas memorias inéditas de la infancia: el recuerdo del lenguaje de la madre, el de una Alemania, una época y una sociedad cuyo último día de existencia fue la toma del poder por Hitler; y el recuerdo de la ilusión del cine en la niñez, puerta de los sueños determinante en el descubrimiento del mundo. La fina y muy humana ironía, la cálida humildad literaria que rezumaba el texto y la lectura, transparentaban un escritor para el que la literatura es expresión y solidaridad con el débil, y el arte, una humilde pero decidida constante lucha moral.

Con Grass cambió radicalmente el escenario: el acto adquirió la fuerza intrínseca a toda escenificación sagrada. La lectura, verdaderamente imponente, de un trozo de El rodaballo, no se sabe por qué imponía más: si por la potencia del texto o por la potencia verbal y magistral de la lectura, que elevaba la literatura a ese terreno irracional en el que no hay más respuesta que esa conmoción densa y esas emociones fuertes que levanta quizá sólo la voz humana que canta.

Silencio algo más denso cuando Grass lee un texto. inédito escrito para la ocasión. El silencio se va convirtiendo en murmullo según se va aclarando que el texto es relevantemente político y, más sorprendente aún, relevantemente español. Trata de Gernika, del bombardeo y de Picasso. Grass relata la prehistoria del caso: la publicación, en septiembre de 1990, en varias revistas alemanas -Der Spiegel, Stern- de un anuncio publicitario de la Oficina del Ejército Federal que, para explicar su misión de paz y sus diferencias con los ejércitos de regímenes totalitarios, utilizaba una reproducción del Guernica.

El anuncio se publicó acompañado de un texto que comenzaba con este encabezamiento: "Las representaciones enemistosas del enemigo son los padres de la guerra". Y seguía: "Por eso, nosotros no tenemos ninguna, pues ése es el viejo truco de todos los regímenes totalitarios: trazar la imagen de un enemigo malvado y poder fundamentar así las víctimas que exigen permanentemente al pueblo. Las representaciones enemistosas del enemigo... son la semilla de la que brotan las enemistades heredadas que pesan sobre la vida conjunta de los pueblos. Y que con mucha frecuencia acaban en guerras".

Víctimas

Grass critica en su artículo que el texto publicitario "oculta el motivo que dio origen al cuadro. Se ignora que lo que se transformó en cuadro no fue enemigo alguno, sino que fueron sus víctimas. Callándolo se hace desaparecer que fueron pilotos, aviones, bombas y metralletas alemanas las que destruyeron la ciudad vasca de Gernika". Dado que nadie se sintió escandalizado y que no hubo reacción alguna, "he llevado conmigo mi protesta durante medio año, sabiendo que tenía pendiente esta lectura en lugar tan señalado"."Al dedicar a mi anfitrión, el presidente federal, esta polémica, bajo el título Un cuadro ultrajado, pongo mi confianza en sus muy escuchados discursos, en su palabra, que no deja de lado el pasado alemán. El sabe lo que Gernika significa. Su generación y también la mía fueron marcadas por Gernika y las consecuencias".

Para finalizar pide al presidente federal que intervenga: "Al rogar a Richard von Weizsäcker que exija al ministro de Defensa que se disculpe ante los ciudadanos de Gernika, no espero mucho (...), pero sí que el más alto representante de la República Federal de Alemania cumpla su cargo".

Los intentos llevados a cabo por el escritor por conocer qué opinión merecía a las instancias políticas de Gernika y a otras vascas ese uso de la historia no tuvieron respuesta.

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