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Alemania recupera la confianza en Moscú

El Kremlin pide más dinero a Bonn para la retirada de sus tropas

La secreta ansiedad con que Bonn esperaba la ratificación por el Parlamento de la URSS del tratado de unificación alemana y la preocupación por el retraso del proceso de retirada de los 380.000 soldados soviéticos del territorio de la desaparecida RDA, parece haber remitido tras los acontecimientos de los últimos días. Moscú ratificaba la semana pasada el tratado que devuelve la soberanía a Alemania, y Varsovia anunciaba que se mostraría "flexible" ante el paso de las tropas soviéticas por su territorio.

Al mismo tiempo, en medios gubernamentales de Bonn aumentaban los rumores de que Moscú había vuelto a pedir más dinero -además de los 15.000 millones de marcos estipulados entre los dos países en concepto de financiación de la salida de las tropas soviéticas- El Kremlin alega nuevas dificultades y el coste añadido que ha supuesto la forzosa utilización de la vía marítima que une Rostock con el puerto lituano de Klapeida, así como de transporte aéreo, para trasladar a los primeros contingentes soviéticos que han salido de Alemania, debido a la negativa de Polonia a permitir el paso de estas tropas por su territorio. Varsovia pide que Moscú adelante la retirada de los 55.000 efectivos que mantiene en su territorio, que el Kremlin pretende aplazar hasta 1994, alegando que necesita este apoyo logístico para su salida de Alemania.Fuentes diplomáticas aseguran que la visita a Bonn del primer ministro polaco, Jan Bielecki, pese a que oficialmente no parece haber surtido grandes efectos, se ha saldado con la promesa de una importante ayuda financiera de Bonn al proceso de reconversión de la economía polaca. La promesa de Bielecki de mostrar "flexibilidad" en el tema de las tropas soviéticas, junto con la declaración de su ministro de Exteriores, Krzystof Skubiszewski, hecha durante la visita de la presidenta del Bundestag, Rita Süssmuth, de que Varsovia "no establecería una relación entre la retirada soviética de Polonia y el tránsito de las tropas procedentes de Alemania", así parecen indicarlo.

Yázov en Jena

Moscú, de todos modos, insiste en mostrar que todavía mantiene elementos de soberanía en suelo alemán, por lo menos hasta 1994, cuando está prevista la salida del último soldado. La visita -por sorpresa y sin notificar a Bonn- del ministro de Defensa soviético, Dmitri Yázov, a la ciudad alemana de Jena es uno de esos gestos. Yázov impuso condecoraciones en el regimiento de esta ciudad de Turingia y mantuvo reuniones de trabajo con los comisarios políticos de las unidades.Bonn, aunque con sordina, mostró su disgusto por no haber sido informado, pero parece también posible que la visita de Yázov tenga más que ver con la desmoralización de los soldados soviéticos. Las deserciones aumentan, más de un centenar han pedido ya asilo político en Alemania, y a la corrupción, evidenciada por la venta de material militar en los mercadillos de Berlín se unen los problemas que algunos soldados están teniendo con la población local. Cada domingo se producen trifulcas.

El contacto con el mundo occidental no facilita las cosas de cara al futuro de unos ciudadanos que deberán enfrentarse a un país en una situación económica muy degradada. Por esta razón, muchos de ellos han decidido dedicar toda su energía a acumular el máximo posible de marcos alemanes, dedicándose a toda clase de negocios ilegales.

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