La cultura de EEUU calla ante la guerra

, La intelectualidad y el mundo de la cultura de Estados Unidos no han reaccionado con fuerza ante la guerra de Irak, y sólo son unos casos aislados las voces que se han levantado estos días para pedir lo que parece imposible: el cese de las hostilidades. Pese al silencio generalizado, Pete Seeger y Joan Báez han vuelto a la carretera del pacifismo para denunciar la guerra del Golfo, y la cantante irlandesa Sinéad O`Connor ha dicho que boicoteará los premios Grammy como protesta por la guerra.

En un país en el que el 80% de la población apoya, por ahora, las decisiones del presidente George Bush, son muy pocos los actores, las actrices, novelistas o cantantes que se atreven a enfrentarse al público.

El actor Charlton Heston, un conocido republicano, se ha declarado partidario de que el presidente George Bush "termine el trabajo", mientras Martin Sheen sigue participando activamente en manifestaciones pacifistas que reclaman el retorno de las tropas estadounidenses a casa.

Contra

Seeger, el cantante pacifista de los años sesenta, hoy convertido en un ecologista radical, ha decidido dejar aparcados sus proyectos, actuales para convertirse de nuevo en un activista de la paz. Seeger, que continúa cantando a la paz en las iglesias y escuelas de Nueva York y Nueva Inglaterra, cree que la guerra es fácil de empezar y dificil de terminar".

Joan Báez, que actualmente vive en las afueras de San Francisco, opina que EE UU está negociando con alguien peligroso", refiriéndose a Sadam Husein, pero cree que la guerra no es la forma de actuar frente a una crisis como ésta. La inolvidable cantante de Blowin'in the wind reclama "el regreso a casa de todos los soldados".

O'Connor, una de las figuras más destacadas del mercado discográfico norteamericano, se ha convertido en la primera objetora (le conciencia del mundo de la canción. "No voy a aceptar ningún premio", ha comentado. La cantante ha puesto el dedo en la llaga al declarar que estos días "son pocos los que se atreven a criticar esta guerra por temor a no parecer patriotas". La cantante irlandesa cree que esta guerra está en marcha -porque nuestra principal preocupación es el éxito material, y aquí, en la industria discográfica, lo estamos prermando".

La postura de O'Connor, hecha pública la pasada semana durante la entrega de los American Musie Awars, ha provocado la reacción de la National Academy of Recording Arts & Sciencies, cuyo presidente, Michael Greene, ha dicho que la cantante puede estar minando su prometedora carrera en EE UU.

El público, la mayoría silenciosa, ha reaccionado ante la guerra de una forma fácil de calibrar: su asistencia a los espectáculos. En Broadway, por ejemplo, se ha notado un vertiginoso descenso de espectadores.

Musicales como Buddy.- The Buddj,, Holly story, Los miserables o El fantasma de la ópera han registrado una caída de público del 20,3%). La retransmisión televisiva de la guerra ha afectado también a Broadsvay. Marllynn LeVine, coproductora de Black and blues, ha declarado que incluso entre bastidores la gente está más pendiente del televisor que de lo que pasa en el esiz:enario".

[A mediados de mes, un centenar de actores y mu.sicos grabaron en plan coro un disco en ¡apoyo a las tropas estadounidenses en el Golfo.]