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El tratamiento de la menopausia desata una demanda que Sanidad no puede afrontar

Milagros Pérez Oliva

La propuesta de que todas la mujeres sean sometidas a un tratamiento hormonal preventivo para evitar los trastornos provocados por la menopausia, sostenida por un número creciente de ginecólogos hospitalarios, ha suscitado una viva controversia sobre los costes de semejante medida y las contradicciones que ésta plantea al sistema sanitario. Aunque persisten algunas incógnitas sobre sus efectos adversos a largo plazo, el tratamiento se está generalizando en algunos sectores y está generando una creciente demanda que la red sanitaria no está en condiciones de atender.

La polémica ha tenido su más reciente expresión en el congreso sobre menopausia y osteoporosis organizado por el Consorcio de Hospitales de Barcelona y la Asociación Hispana de Osteoporosis y Enfermedades Metabólicas Oseas. El tratamiento es un combinado de estrogenos y progesterona destinado a compensar la caída hormonal que se produce tras el climaterio y evitar sus efectos adversos a largo plazo, especialmente la osteoporosis -pérdida de masa ósea-, que afecta a una de cada tres mujeres de más de 65 años, y el riesgo de accidente cardiovascular.La cuestión tiene una gran trascendencia económica, puesto que el 75% de las mujeres sufre algún tipo de trastorno provocado por la caída brusca de los ni veles de estrógeno, la hormon sexual femenina, y en estos moinentos, apenas el 4% recibe atención médica por ello.

Medicación indefinida

Cada vez se impone más el criterio de que el tratamiento debe administrarse indefinidamente y a todas las mujeres, ya que el proceso de descalcificación y el riesgo de cardiopatía persistiría en cuanto cesase la ingestión de hormonas, manifiesta Adolf Díez, jefe de Medicina Interna del hospital de la Esperanza de Barcelona.Este planteamiento entra en contradicción con la realidad del sistema sanitario español, incapaz de atender otras prioridades de peores consecuencias. Por ejemplo, una parte importante de las muertes por cáncer ginecológico y de mama podría evitarse si no fuera porque, según afirma Santiago Dexcus, sólo el 12% de las mujeres se somete a una revision ginecológica anual.

La ginecóloga Carmen Cuadrado, del hospital de La Paz de Madrid, resalta la sustancial mejora de la calidad de vida que comporta el tratamiento, peroconsidera que en las actuales circunstancias, "el tratamiento preventivo debería limitarse a los grupos de riesgo, es decir, el 30% de mujeres que pueden sufrir osteoporosis y aquellas con peligro cardiovascular".

Todo ello plantea importantes problemas a resolver. Jordi Xercavins, jefe de Ginecología de los hospitales municipales de Barcelona afirma: "Para averiguar si hay riesgo de osteoporosis es preciso hacer una densitometría (medición de la masa ósea), pero practicar esta prueba a todas las mujeres colapsaría los servicios". En algunos países, la densitometría está incluida en la revisión ginecológica a partir de los 50 años. Está demostrado que si se administran hormonas durante cinco años a las mujeres con riesgo de osteoporosis, el índice de fracturas de fémur y antebrazo se reduce en un 50% y el de vértebras, en un 90%.

La mayoría de los médicos hospitalarios prescriben el tratamiento con carácter preventivo a todas sus pacientes. Lo cual está creando una demanda cuyo volumen provoca escalofríos en la Administración sanitaria. El cálculo es simple: 300 pesetas al mes por cada una de los 4,5 millones de mujeres que pueden necesitarlo da la cifra de 16.200 millones de pesetas anuales sólo*en gastos de farmacia.

A lo cual habría que sumar el coste de la ampliación de la red asistencial y su mantenimiento, ya que el tratamiento exige un control continuado. Santiago Palacios, de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid, opina: "El tratamiento debería ser competencia de los centros de salud".

Comparación de costes

Ante los temores de la Administración, los médicos replican que la prevención es cara, pero no adoptarla, lo es aún más: sólo los gastos hospitalarios de las fracturas de cadera se elevan a 28.000 millones anuales. En cualquier caso, los especialistas coinciden en la necesidad de que Sanidad aborde el problema.Médicos y mujeres que participaron en un debate previo al congreso reclamaron que Sam-, dad apruebe la comercial izaci ón en España de los implantes y cremas hormonales, que en Europa están a la venta desde hace tiempo. Estas presentaciones, de notables ventajas sobre las disponibles, están al alcance de la medicina privada y, por tanto, de las mujeres de mayor poder adquisitivo, ya que se encuentran en algunas farmacias de Barcelona y Madrid que las traen de Francia o Andorra.

Muchos de los médicos consideran superada la polémica sobre los efectos adversos del tratamiento de la menopausia, aunque quedan todavía importantes incógnitas por aclarar.

"La cuestión que sigue abierta es sí la progesterona provoca un mayor riesgo de padecer cáncer de mama", explica Adolf Diez. "A pesar de todo, está claro que el beneficio es infinitamente superior al posible riesgo,y éste, además, es controlable, puesto que las mujeres tratadas son sometidas a un riguroso control", concluye Santiago Palacios.

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