La Última obra de Cristóbal Halffter
Cristóbal Halffter dirigió la Sinfónica de RTV Española, que, por fortuna, parece aumentar su interés por la música española contemporánea. Su programa del Monumental era original y muy atractivo, salvo el Concierto en fa sostenido menor, de Henryk Wienlawski (1835-1880), una de esas obras que, a la zaga de un romanticismo convencional, nada dicen ni nada significan, aunque den ocasión a un violinista tan excelente como el griego Leónidas Kavakos para desplegar su virtuosismo.Por lo demás, Halffter encuadró el estreno de su Concierto a cuatro entre dos versiones muy diversas de Juan Sebastián Bach: la de Webern, en el Ricercare a seis, de La ofrenda musical, y la de Alfredo Casella en la Chacona de la Partita en re menor. Transcripciones ambas muy valiosas y representativas de dos modos de pensar la música prácticamente contrapuestos. El trabajo de Webern, es sumamente interesante, además de bello, pues sin enmendar la plana al cantor de Santo Tomás, Webern se hace omnipresente gracias a un tratamiento orquestal obediente a todos los supuestos de su estética y sus procedimientos.El Concierto a cuatro es la última composición de Halffter y está dedicada a su tío Rodolfo, el mayor de la dinastía musical halffieriana, no sólo en su letra sino también en su espíritu. Fruto de un encargo de la radio de Baden Baden, fue pensada para el Cuarteto Rascher de saxofones, un conjunto magnífico que fundó uno de los campeones del saxo,, Sigurd Rascher, cuya hija encabeza ahora la formación.
Orquesta Sinfónica de RTV Española
Director: C. Halffter. Solistas: L. Kavakos (violinista) y Cuarteto Rascher de saxofones. Obras de Bach-Webern, Wieniawski, Halffter y Bách-Casella. Teatro Monumental, Madrid, 7 y 8 de febrero.
Maestría
La nueva partitura de Cristóbal Halffter evidencia maestría y sustancia musical; es potente y está bien arquitecturada en su discurso continuado, que alberga cuatro secciones. Además está llena de sutilezas expresivas, pero el dato particular que llama la atención y provoca la más alta admiración es el tratamiento del cuarteto solista en sus propios y múltiples valores y dentro del gran conjunto sinfónico. El Concierto a cuatro añade una nueva cuota de nobleza a la familia de los saxofones como vehículo normal, y a la vez singularizado, del pensamiento musical en todos sus valores conceptuales y sonoros.Carina Rascher, Linda Bangs, Bruce Weimberger y Kinross White dominan su difícil y bien articulada parte, y Halffter sabe sacar a la orquesta los valores precisos para una versión clara y hasta preciosista.
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