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BALANCE DEL PRESUPUESTO DE 1990

1990, el año del enfriamiento y el ajuste

P. M.El enfriamiento económico o "desaceleración del ritmo de crecimiento de la demanda interna" es el dato más destacado del balance económico de 1990 que presentó ayer el titular de Economía. Esa desaceleración ha beneficiado al sector exterior y a la evolución de los precios. A cambio, la inversión se ha resentido más que el consumo y el ritmo de creación de empleo ha empezado a notar los efectos de la política de enfriamiento.

La política de enfriamiento económico, que inició el equipo de Solchaga en el verano de 1989, ha servido, según el análisis de Economía, para colocar el crecimiento económico en una tasa "mucho más equilibrada y susceptible de mantenerse a medio plazo". La desaceleración de la demanda ha colaborado también a la expansión de las exportaciones, a una mayor contención de las importaciones y, como resultado, a un menor déficit exterior.

La inflación también se ha beneficiado del enfriamiento. La inflación subyacente el IPC sin contar los alimentos no elaboraos ni los productos energéticos, por ser dos componentes muy volátiles) terminó 1990 en el 6, 1%, un punto por debajo del cierre del ejercicio anterior.

El lado negativo de la desaceleración económica lo han soportado la inversión en general, y la Industria y la construcción de viviendas en particular. El desempleo tampoco se ha beneficiado de la contención de la demanda.

El coste del enfriamiento es pues un menor ritmo de creación de empleo. La industria también soporta su cuota. Economía destaca "el comportamiento marcadamente negativo del gasto destinado a la compra de automóviles".

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