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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

No todo es moda

Paolo Frese Quartet

Paolo Fresu (trompeta y fliscorno), Carlo Morena (piano), Paolo Ghetti (contrabajo) y Massimo Manzi

(batería). Café Central. Madrid, 3 de diciembre. Suplemento actuación: 700 y 800 pesetas.

Italia es famosa en todo el mundo por su cocina, diseño de auto móviles y sobre todo moda, lo que hace suponer que los italianos tienen un sexto sentido estético que convierte en artísticos los objetos más prosaicos aunque, por herencia de su glorioso pasado, tampoco les son ajenas las cosas que tocan el corazón. Quizá por eso han terminado por fijar su atención en el jazz, que tienen el buen sentido de utilizar para fines más dignos que el de servir de ilustración musical a la publicidad de perfumes, como sucede por aquí.

Milán es el epicentro del jazz en Italia, con tres sellos discográficos premiados incluso por la, prensa americana y una intensa actividad en los numerosos clubs nocturnos que conceden a los jazzmen italianos numerosas oportunidades de mostrar sus espectaculares avances, pero no es el único lugar del que surgen jóvenes músicos atraídos por sus sonidos, como demuestra el ejemplo de Paolo Fresu.

Nacido en Berchidda, un pequeño pueblo de la isla de Cerdeña, tuvo sus primeros contactos con la música en orquestas comerciales, pero finalmente se las ha ingeniado para convertirse en un magnífico trompetista de jazz, con un sonido sobrio, limpio y elegante como columna románica, que tiene referencia en el de. Miles Davis, pero no en el Miles de sorbo corto de los últimos tiempos, sino en el gran Miles de trago largo, ligado y fluido de los años cincuenta y sesenta.

Fresu no oculta sus devociones. Toca sentado, como lo hacía Chet Baker, pero se encorva formando el mismo ángulo que Miles, y el metal de su sordina hiere con el mismo corte limpio, característico del bisturí davisiano. Otras veces elige arma más noble para llegar adentro, y es entonces, al empuñar el fliscorno, cuando recuerda a Baker en algo más que la postura.

Temas originales

Su concierto se compuso de temas originales inteligentemente construidos y de clásicos seleccionados con mano experta. Entre los primeros destacaron Blues for you —grabado por Fresu para el sello Splasc(h) en el mismo año que se licenciaba en el conservatorio de Cagliari—, Pin Pon y Cotton Club, donde se ayudó de la electrónica para producir ecos y efectos adecuados al espíritu del famoso local que evoca, aunque lo mejor llegó cuando interpretó con delicadeza temas íntimamente ligados al recuerdo de Baker como When sunny gets blue y If should lose you. Igual de atinado se mostró en un clásico como Stella by star light, pagando tributo en esta ocasión al Miles de las grandes ocasiones.

La intuición de Fresu abarca hasta la elección de los músicos que le acompañan. Carlo Morena es un pianista que dosifica con sabiduría los ingredientes: un poco de la poesía de Bill Evans, unos acordes a lo Red Garland y el imprescindible penacho de blues para culminar un estilo que fue complemento adecuado las largas líneas melódicas de Fresu. El contrabajista Paolo Ghetti, con un sonido solemne y poderoso, y el batería Massimo Manzi, mejor con las escobillas que con las baquetas, contribuyeron eficazmente a mantener la atmósfera limpia en la que respira mejor no sólo Fresu, sino cualquier músico con sensibilidad.

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