El cardenal Suquía espera desde hace más de medio año ser recibido por Felipe González

El cardenal Ángel Suquía, presidente de la Conferencia Episcopal, tiene solicitada desde hace más de medio año una entrevista con el presidente del Gobierno, Felipe González, quien no parece tener la petición incluida en su agenda. Este elemento podría ser una de las causas de la indignación del episcopado, plasmada la pasada semana en un documento sobre la moral en España y en el polémico discurso de Suquía, en el que acusó al Gobierno de "abuso de poder". Otras fuentes consultadas apuntan a que el malestar obedece al no incremento del porcentaje del impuesto religioso.

El Gobierno ha tomado la determinación de mantener como su único portavoz en estos temas al director general de Asuntos Religiosos, Luís María de Zavala. El titular de esa dirección general ha sido la persona designada por el Ejecutivo para responder a las acusaciones hechas al Gobierno tanto en el discurso de Suquía como en el documento sobre la situación moral en España. Zavala es además el representante gubernamental en la comisión mixta técnica entre Iglesia y Ejecutivo.La cúpula del Gobierno recomendó a sus ministros que evitaran pronunciarse al respecto. Rosa Conde, ministra portavoz, ha sido la única miembro del Gabinete que la pasada semana y a petición de los informadores se refirió al documento de la jerarquía sobre la situación moral, sobre el no quiso profundizar, dijo, por no haberlo leído. Fuentes gubernamentales sostienen que el hecho de que un ministro responda al presidente del episcopado supone elevar el rango de éste, que debe encauzar el diálogo a través de un director general.

El último gran encuentro del episcopado con el Gobierno se llevó a cabo con la más estricta reserva el pasado 7 de marzo en el madrileño palacio de Parcent. A ella asistieron la ministra portavoz, el ministro de Justicia, Enrique Múgica y el director general de Asuntos Religiosos. Por parte de la Iglesia estuvieron presentes el cardenal Suquía, el secretario del episcopado, Agustín García Gasco y el nuncio de la Santa Sede en España, Mario Tagliaferri.

Fuentes eclesiásticas señalaron que en el transcurso del encuentro se habló "de todo menos de dinero", en referencia a la asignación tributaria, o impuesto religioso. Dos temas fueron las estrellas de la velada: las críticas al Gobierno por parte de la Cadena de Ondas Populares 17 españolas (COPE), de la que el episcopado es accionista mayoritario, y la elaboración de una materia alternativa a la asignatura de religión y moral católicas en la ley de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE).

La LOGSE y el condón

La polémica surgida en torno a esa ley fue objeto de diversos encuentros entre el ministro de Educación, Javier Solana, y el obispo secretario, Agustín García Gasco. Sin embargo, no se llegóa ningún acuerdo y el Gobierno no modificó la LOGSE, aprobada con los votos de todos los grupos parlamentarios excepto el Partido Popular.A las discrepancias sobre la LOGSE siguió la polémica sobre la campaña del Gobierno en favor del uso del condón. El secretario general del episcopado manifestó a mediados de este mes en un encuentro con informadores que el episcopado lamentaba que el Gobierno no hubiera negociado con la jerarquía eclesiástica la polémica campaña. Un destacado miembro del episcopado ha señalado al respecto: "Ellos [el Gobierno] no pueden seguir haciendo oídos sordos ante el peso social de la Iglesia".

La dureza con que se prevé que discurrirán en un futuro inmediato las relaciones IglesiaGobierno podría reflejarse en la negociación de la asignación tributaría, que se llevará a cabo en diciembre. Como fruto de ese diálogo los obispos esperan que el actual porcentaje de la cuota íntegra del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) -fijado en un 0,5%- pueda incrementarse en prácticamente el doble. Con este motivo García Gasco se ha entrevistado con el ministro de Economía, Carlos Solchaga.

Ningún pronunciamiento

El gobierno, por el momento, no piensa presentar ningun tipo de protesta ante el Vaticano por las críticas contra él contenidas, tanto en el discurso del cardenal Suquía, como en el documento sobre la moral de la sociedad española, ni hará ningún tipo de declaraciones, según manifestaron ayer fuentes gubernamentales.