Traducida al español 'Tomas Jonsson', de Bergsson
La sociedad escandinava no es tan abierta como se cree, y tiene miedo de lo que pueda tocar el sexo o la familia o recordar la muerte, según dijo ayer el islandés Gudbergur Bergsson. Tenía por qué saberlo:, su novela Tomas Jonsson (Alfaguara), presentada ayer en Madrid, fue rechazada en casi todas las 37 editoriales de Islandia, hasta que una de ellas, en 1964, la publicó con tan pocas esperanzas que destruyó los plomos que habían servido para 900 ejemplares. Unos plomos valiosos pues la composición del texto, repleto de exigencias tipográficas, es como la pesadilla de un teclista. En 1989, convertida casi en clásico de la vanguardia en un país con una intensa, pero más bien tradicional actividad literaria, fue reimpresa en Islandia.
Bergsson ha traducido la mayor parte de las obras en español que se han publicado en islandés, y trabaja en una antología de poesía.
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