La fiesta de apoyo al grupo teatral Comediants reunió a 15.000 personas

El Palacio de Deportes Sant Jordi es un coloso de la Barcelona Olímpica. La noche del sábado, muchos acudieron a un doble espectáculo, el que con el nombre de Ara és l'hora Comediants protagonizaron los artistas para recaudar fondos que permitan al grupo catalán reconstruir su taller de creación, que ardió en llamas este verano, y el de poder admirar una muestra de la nueva arquitectura de la ciudad. Por un momento, al final de la velada, ambos se unieron. Comediants sacó fuego, humo y colores de la fachada del palacio deportivo.

El público que asistió a las poco más de dos horas de espectáculo había acudido llevado por móviles diferentes: desde ver al grupo El Tricicle hasta colgarse de las cuerdas de la guitarra de Serrat. Hubo a quien le hacía gracia ver al grupo teatral Dagoll Dagom y otros aprovecharon la ocasión para establecer su primer contacto con La Fura dels Baus, incluso algunos fueron al espectáculo atraídos por el llamamiento a la solidaridad con la compañía de Canet.No obstante el motivo principal que llevó a 15.000 personas al Palacio de Sant Jordi fue el de asistir a un gran espectáculo. El resultado fue el esperado, con la sorpresa del dispendio en pirotecnia que Comediants ofreció al público.

Lo esperado era que Dagoll Dagom, El Tricicle, La Fura dels Baus y Joan Manuel Serrat hicieran lo que saben hacer, y lo hicieron. Un pequeño guión, pequeñísimo, trató de hilvanar las actuaciones.

Bomberos

Al principio del espectáculo pareció que todo iba en serio, porque el coche de bomberos de época que acercó a Comediants hasta la proyección de su carpa del taller de creación en llamas quedó aparcado perfectamente para dejar paso a Dagoll Dagom con su rock de verbena. Rock de verbena bien cantado y divertido, aunque desangelado ante las más de 15.000 personas que al final, según los datos ofrecidos por los más optimistas, asistieron a la fiesta de apoyo al grupo Comediants.Un poco desamparado apareció en el escenario El Tricicle, los tres solitos ahí en medio, o La Fura dels Baus, especialistas en las sensaciones fuertes, que, alejados del público, sólo pudieron transmitir su nueva música y la magnífica voz de su cantante. En el momento de la intervención de Serrat, la más larga, es cuando más se notó la falta de elementos espectaculares en el escenario, acostumbrados como estamos a ver a los cantantes rodeados de tremendas iluminaciones y efectos en los conciertos.

Era la primera vez que artistas catalanes "gent de casa" actuaban en el Palacio Sant Jordi. El objetivo de la fiesta, recoger fondos para que Comediants puedan reconstruir su taller de Creación en Canet, hubiera quizá entrado en contradicción con un despliegue técnico mayor. El caso es que lo que hubo y funcionó bien pero con el regusto de que había quedado mucho del talento de los artistas desaprovechado. Lo de la noche del sábado fue comparable a otras reuniones artísticas cuando podría haber sido un gran espectáculo para 15.000 personas.

A pesar de todo, Ara és l'hora Comediants fue un éxito que servirá parcialmente para que la compañía de Canet de Mar pueda ver hecho realidad de nuevo su centro de creación.

Desde el punto de vista de la organización, los objetivos de lograr el apoyo popular e institucional se consiguieron.