El relevante papel de las fundaciones
El patrocinio cultural y científico no se desarrollará en España en toda su plenitud si, junto con una nueva ley del mecenazgo, no se establece un nuevo marco jurídico, y sobre todo fiscal, para las fundaciones. Opinión esta en la que coinciden numerosos especialistas en derecho financiero y mercantil que afirmaron, en el congreso de Barcelona, que el tratamiento fiscal que se da a estas entidades, especialmente en la ley de sociedades, "es absurdo y discriminatorio".Se trata de una cuestión de gran relevancia por ser las fundaciones, como se dijo en el encuentro, "el instrumento idóneo para el encuentro y la cooperación entre el sector público y la iniciativa privada". Pero, como ocurre con el patrocinio empresarial, la vigencia de un marco fiscal que se considera poco adecuado no impide el crecimiento del número de fundaciones, algunas con un capital que se cuenta por miles de millones.
Las disquisiciones sobre la normativa fiscal vigente y la que debería regir en el futuro han situado en un segundo plano -y eso quedó patente también en Barcelona- el debate sobre qué tipo de actividades gozarán de exenciones fiscales y cuáles no. Cuestión suscitada por la posibilidad, sobre la que especulan algunos de los expertos consultados, de que el Gobierno pretenda ejercer por esta vía un cierto dirigismo o limitar el campo de acción de los patrocinadores. En este sentido se alude, por ejemplo, al contraste que existe entre la demora del Gobierno en adoptar una decisión sobre la conveniencia o no de impulsar una ley del mecenazgo, solicitada con insistencia desde distintas instancias políticas y culturales, y la presteza con que tramitó el Ejecutivo la ley de beneficios fiscales para los acontecimientos de 1992: los JJ OO de Barcelona, la Expo de Sevilla y la conmemoración del V Centenario; ley que ha facilitado a las instituciones que organizan las mencionadas celebraciones la obtención de importantes ingresos. El Comité Organizador Olímpico Barcelona 92 espera recaudar unos 30.000 millones de pesetas, y la Sociedad Estatal para la Expo más de 65.000 millones.
Falta de datos
Las aportaciones de la empresa privada a estos dos acontecimientos desmuestran, pese a su excepcionalidad, que el patrocinio cultural crece en España, aunque ninguna de las fuentes consultadas ha podido precisar, por falta de datos contrastados, el alcance real del fenómeno. Ésta es una información que las fuentes consultadas juzgan de gran importancia para abordar el debate de la nueva ley y que el Ministerio de Cultura no tendrá, si se cumplen las previsiones de su secretario general técnico, hasta el primer trimestre de 1991.
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