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Los expertos proponen inspeccionar unos 300.000 pisos de Cataluña

Unos 300.000 pisos de primera residencia construidos en Cataluña entre 1950 y 1970 deberían ser inspeccionados para determinar si tienen viguetas de cemento aluminoso -que pierde estabilidad con la humedad y el calor-, según César Díaz, profesor universitario, con un tesis doctoral cum laude sobre las viviendas económicas construida durante la época del auge inmobiliario. Esta opinión ha sido compartida por otros expertos.

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El análisis afectaría a la mitad del parque edificado durante esos 20 años, cuando se utilizó profusamente el tipo de vigueta de cemento aluminoso que ocasionó hace hoy una semana el derrumbe de un edificio en el barrio barcelonés del Turó de la Peira. Este siniestro causó la muerte de una persona y heridas graves a otras dos. El volumen que es necesario inspeccionar supone aproximadamente el 15% del parque de viviendas actual, estimado en dos millones de pisos.Díaz, profesor titular de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), tituló su doctorado Evolución y comportamiento de las técnicas constructivas utilizadas en edificios en bloque y torre destinados a vivienda económica en Cataluña. Periodo 1954-1976. Entre 1950 y, 1970 se edificaron en esta comunidad 600.000 viviendas, según los datos recogidos por Díaz del Consorcio de Información y Documentación, que posteriormente se convirtió en el Instituto de Estadística de Cataluña. En la mitad de estos pisos, todos ellos considerados como primera vivienda, fueron utilizadas viguetas en los forjados, estima el profesor de la UPC.

"La incógnita", señala Díaz, "es averiguar qué porcentaje de estos pisos tienen la vigueta de cemento aluminoso", fabricada y utilizada con profusión durante la época del auge inmobiliario porque se fraguaba con gran rapidez y existía una gran demanda. "El endurecimiento se producía en 24 horas y la resistencia de la vigueta era entonces increíble", sostiene Francese Abenza, arquitecto que realiza la tesis doctoral sobre el hormigón aluminoso. Abenza se decidió a investigar este compuesto y su proceso de envejecimiento prematuro hace tres años, al conocer los sucesos que comenzaba a protagonizar. "En Cataluña, hay miles de metros cuadrados de forjados hechos con estas viguetas, según he podido recabar entre los constructores", añade.

Un cálculo de 100.000 pisos

"Calculo que unos 100.000 pisos pueden tener cemento aluminoso en su estructura", estima Díaz. "No me parece descabellado, es posible", indica Fructuós Mañá, catedrático de Construcción Arquitectónica de la UPC y autor del dictamen de "urgencia" elaborado por el Colegio de Arquitectos sobre el siniestro ocurrido en el inmueble número 33 de la calle del Cadí. Los inmuebles adyacentes fueron desalojados de inmediato por el Ayuntamiento de Barcelona.

"Es un tema preocupante, porque son muchas las viviendas que pueden tener en su estructura el compuesto de cemento aluminoso", señala Díaz. También indica que este tipo de material ha sido utilizado por los constructores de la época en el resto de España, aunque desconoce en qué volumen. "El problema no es específico de Cataluña", sostiene Abenza, quien recuerda el desplome de la cubierta de una piscina de una localidad cercana a Londres. El Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo (MOPU) no facilitó a este diario datos que permitan evaluar la situación en el resto de España, aunque ha abierto una investigación sobre el siniestro del Turó de la Peira.

Díaz señala que es tranquilizador saber que el número de accidentes ocasionados hasta el momento por estas viguetas es mínimo. "Es para preocuparse, eso sí, la progresión registrada en los últimos años". Si el pasado domingo fallecía una inquilina del 4º-4º del inmueble número 33 de la calle del Cadí, en Barcelona, en julio de 1989 moría un albañil en la calle del Progreso, de Badalona. En ambos casos se desplomaron las viguetas.

Estas vigas envejecen prematuramente. Aunque Frances Abenza afirma, como otros expertos consultados, que unas lo hacen más rápidamente que otras. "En mis investigaciones, he encontrado una gran parte de edificios que tienen este tipo de viguetas intactas; en cambio, en otros están altamente deterioradas, particularmente las cubiertas", indica Abenza.

"No había control", añade Aberiza. Díaz concluye contundente: "Una normativa técnica escasa, unos controles de fabricación y de recepción práctica mente inexistentes, una calidad de ejecución precaria y unas garantías sobre el producto acabado fáciles de burlar legalmente constituían el marco de referencia de los edificios de vivienda construidos en esa época".

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