Gorbachov insta a evitar la desintegración soviética
El presidente de la URSS, Mijaíl Gorbachov, se negó ayer, en una apasionada jornada parlamentaria, a aceptar el proceso de desintegración del Estado soviético, e insistió en la firma de un Tratado de la Unión que garantice la estabilidad interna del país y su presencia internacional. Gorbachov trató de utilizar toda su fuerza persuasiva -incluido el ejemplo de la Comunidad Europea- para convencer a los representantes de las repúblicas de la necesidad de un Tratado de la Unión, y se abstuvo de hacer alusiones a métodos más expeditivos o violentos para asegurar que se mantenga su autoridad.
Las repúblilcas soviéticas de Georgia, Letonia y Estonia anunciaron, poco después del llamamiento de Gorbachov, que no firmarán el tratado propuesto por el jefe de Estado soviético.La sesión parlamentaria continúa hoy, sábado, en el Kremlin. El líder soviético tiene previsto abandonar Moscú el domingo con destino a Roma -donde se entrevistará con Juan Pablo II por segunda vez en el año- para pasar de ahí a París con objeto de asistir a la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE).
La situación política y económica y los conflictos nacionalistas continúan agravándose, según manifestó ayer Gorbachov, quien denunció una campaña para desacreditar al Estado y al presidente de la URSS. Un murmullo recorrió el hemiciclo del Parlamento cuando Gorbachov dijo que había que dejar las actitudes defensivas y "pasar al contraataque". El presidente consideró que son especulaciones las informaciones de la prensa soviética sobre el incipiente frío y hambre que se avecina en la URSS, y pidió que se mantenga el funcionamiento de las relaciones económicas entre empresas.
Según Gorbachov, todos comprenden que se necesitan medidas duras de estabilización, pero nadie quiere responsabilizarse por ellas en el momento en que se adoptan. "El periodo de transición exige un severo consenso", señaló. El líder manifestó que la subida de los precios de objetos considerados de lujo adoptada esta semana por el Gobierno de la URSS había sido acordada previamente con el presidente del Parlamento de Rusia, Borís Yeltsin. El Parlamento de Rusia ha suspendido la validez de esa disposición. Gorbachov no apoyó explícitamente la idea de un Gobierno de coalición soviético-ruso, pero mostró disposición a ampliar el Gobierno soviético con caras nuevas, sin por ello sacrificar al primer ministro, Nikolál Rizhkov. "La reorganización del Gobierno debe ir acompañada por la renovación de su composición con los políticos y especialistas que son más populares y tienen más apoyo", manifestó.
"Necesitamos un Gobierno con una base social amplia. Éste es el punto de vista del primer ministro", afirmó Gorbachov que se refirió a la organización de estructuras "basadas en la coalición de las fuerzas democráticas de la perestroika".
[Al referirse al descontento en las fuerzas armadas, el presidente soviético dijo que mejoraría las condiciones de vida de sus miembros y que realizaría modificaciones en la composición de la cúpula militar. Gorbachov señaló que estaban previstos "cambios de personal en el más alto nivel de mando en las fuerzas armadas", informa Reuter].
El presidente de la URSS insistió en la necesidad de que se cumplieran los decretos y disposiciones que promulga, y afirmó que cada uno de sus decretos parece provocar "un simposio", sin que haya manera de pasar a la fase de funcionamiento.
En varios momentos de su discurso, Gorbachov se dirigió a Yeltsin con pequeños comentarios, y posteriormente explicó su entrevista con el presidente de Parlamento ruso. Gorbachov minimizó esta entrevista, tratando de diluirla entre las muchas que mantiene. El líder actuaba así aparentemente preocupado por las suspicacias que un entendimiento demasiado estrecho entre Rusia y el Gobierno central soviético puede causar en otras repúblicas de la URSS.
Ayudas de EE UU y la CE
La situación de penuria alimentaria y crisis en la URSS y Europa del Este fue analizada ayer brevemente en el encuentro ministerial Estados Unidos-CE celebrado ayer en Bruselas, informa Félix Monteira. El secretario de Estado, James Baker, mostró su disposición a aportar ayuda humanitaria de forma inmediata en caso de que exista una petición soviética. Las dos partes acordaron seguir estudiando las posibilidades de un proyecto financiero conjunto contra la amenaza de colapso económico.
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