Un ritmo imparable
Desde las acrobacias de feria hasta la bocina de Harpo Marx, desde los ballets mitológicos hasta las parodias de circo, nada omite la compañía Ornitorrinco, de Brasil, para hacer reír a los espectadores: ni las actuaciones entre ellos en el patio de butacas, ni los desnudos -fugaces pero brillantes-, ni las frases que se retuercen, ni la simbiosis entre lo francés y lo brasileño -que se produjeron en un momento histórico del que aluden referencias vistosas en los carnavales, también citados en escena-, ni las músicas de doble sentido que se ejecutan en directo.El autor de todo ello -Moliére es una utilización, aunque está presente todo el tiempo- es Cacá Rosset, adaptador del texto, director de escena y primer actor, en el papel del enfermo imaginario: un cómico a la manera de Zero Mostel, pero más duro, que adopta el aire agresivo para hacer reír.
El enfermo imaginario
Moliére. Traducción al portugués, adaptación y dirección de Cacá Rosset. Compañía Ornitorrinco, de Brasil. Extensión en Madrid del Festival Iberoamericano de Teatro de Cádiz. Sala Olimpia. Madrid, 8 de noviembre.
Sin embargo, no disminuye su presencia la calidad de actuación de todos los demás de un reparto muy numeroso. Están lejos de una interpretación de escuela. Como toda la obra es un desenfado continuo, como una especie de segunda visión cómica de lo que se interpreta, es ese sentido de la libertad y de la aparente improvisación -también aparece la Commedia dell'Arte en este aprovechamiento de todo-, con sus guiños al público, lo que domina. La misma libertad aparece en los decorados, en los trajes y en la manera de llevarlos, como disfraces más que como atributos de carácter del personaje. La farsa triunfa.
El público fue literalmente feliz. Las carcajadas eran sonoras, como los aplausos en varias escenas y al final de la obra. Unas risas más agudas señalaban, en la sala, dónde se hallaban brasileños que encontraban más alusiones a su actualidad. El resto del público se conformó con la rnovilidad, el enorme ritmo, la expresión de todos. Es suficiente.
Babelia
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