Créditos occidentales para poder resistir durante tres meses
Los problemas internos que vive la URSS han planeado como un fantasma sobre el presidente soviético Mijail Gorbachov y sus acompañantes durante su Visita España, adonde llegaron en busca de ayuda económica. Moscú confía en que los créditos económicos concedidos por España, Italia y la República Federal de Alemania palíen el desabastecimiento del mercado durante los tres próximos meses, según medios de la delegación soviética. Estas fuentes señalaban el próximo trimestre como el periodo más crítico del inicio de la transición hacia la economía de mercado y como el más inestable.Si la dirección soviética consigue, a base de importaciones masivas, crear entre la población la impresión de mejora en el abastecimiento de bienes de consumo durante los próximos tres meses, podrá iniciar 1991 con una posición más segura.
De ahí que Gorbachov trasmitiera en España una sensación de urgencia en la, ayuda. Sensación que el no había trasmitido nunca tan claramente hasta ahora en sus viajes al extranjero, ni siquiera en el efectuado a EEUU la pasada primavera, en el que la petición de ayuda económica tenía un tono menos crispado, en opinión de algunos observadores.
Durante su estancia en España, los problemas que había dejado atrás en Moscú preocupaban al líder soviético, quien en varias ocasiones utilizó el coche especial equipado con un sistema de comunicaciones via satélite para ponerse en contacto con el Kremlin. Los conflictos nacionalistas entre moldavos, gagauzos y rusos en Moldavia, la evolución de los sectores de oposición y las actuaciones de los militares so viéticos eran temas que al pare cer preocupaban a Gorbachov durante su visita España. En Moldavia, las autoridades republicanas habían declarado el estado de emergencia par impedir las elecciones planeadas por los gagauzos, un pueblo de origen turco de cultura cristiana, que trata de afirmar su identidad cultural ante los moldavos, la nacionalidad titular de esta república. El escritor moldavo Ion Drudze, parlamentario de la URSS y miembro de la delegación que acompañaba a Gorbachov, manifestó sentirse como si estuviera sentado "sobre agujas" al encontrarse lejos de su país.
La austeridad y restricción de gastos que deben contribuir a recortar el déficit presupuestario de la URSS se reflejaron esta vez simbólicamente en el vestuario de Raísa Gorbachova, quien en ninguno de sus viajes al extranjero había sacado tanto partido del mismo.
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