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LA VISITA DEL LÍDER SOVIÉTICO

Gorbachov, en la ciudad olímpica

El mandatario y su esposa fueron acogidos con gran entusiasmo

La visita del presidente de la Unión Soviética, Mijaíl Gorbachov, a Barcelona, desprovista de contenido político, tuvo un carácter marcadamente cultural y ciudadano. El líder soviético y su esposa, Raísa, visitaron las principales instalaciones del Anillo Olímpico de Montjuïc y el Museo Picasso, antes de acudir a la comida ofrecida por el príncipe Felipe en el Palau de Pedralbes. En todos sus desplazamientos, el matrimonio Gorbachov se encontró pon la calurosa acogida de los barceloneses, a la que respondió rompiendo varias veces el protocolo y acercándose a saludar a la gente.

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Mijaíl Gorbachov fue recibido poco antes de las 12 de la mañana en el aeropuerto de El Prat por el Príncipe Felipe, el presidente de la Generálitat, Jordi Pujol, y el ministro de Defensa, Narcís Serra. Centenares de barceloneses se habían concentrado unas horas antes en las inmediaciones para recibir a la pareja soviética. Algunos de ellos -el aeropuerto se encuentra en obras para su ampliación- se encaramaban a los montículos de arena o improvisaban una tarima a base de ladrillos. Gorbachov y su séquito, entre el que se encontraba además de su esposa el ministro de Asuntos Exteriores soviético, Eduard Shevernadze, se dirigió posteriormente al Anillo Olímpico de Montjuic, donde se concentran las principales instalaciones deportivas que deben acoger los JJ OO de 1992.En la entrada principal del estadio les esperaban el alcalde de Barcelona y presidente del Comité Organizador Olímpico Barcelona 92 (COOB 92), Pasqual Maragall, el presidente, del Comité Olímpico Internacional (COI), Juan Antonio Samaranch, y los principales dirigentes de la organización de los JJ OO de 1992. Una, voluntaria olímpica, seleccionada para la ocasión por su conocimiento de la lengua rusa, obsequió a Raísa Gorbachova con un ramo de flores.

Durante la visita, que se pro longó por espacio de media hora, centenares de personas se agol paron en el exterior del Anillo Olímpico, junto a las vallas que rodean el recinto, con la esperanza de poder mantener un contacto directo con el líder soviético. Éste, en un gesto ya habitual, aprovechó el momento de aban donar Montjuïc para detener la comitiva, bajar de la limousina y saludar junto a su esposa, Raísa, a la multitud que le aclamaba a gritos de "Gorby, Gorby", provo cando una vez más el desasosie go de sus guardaespaldas.

El matrimonio Gorbachov de dicó la mayor parte de la visita a contemplar el, estadio, en cuya tribuna, donde se había instalado una maqueta del Anillo Olímpico. El líder soviético se interesó especialmente por el coste de las nuevas instalaciones deportivas.

Haciendo gala de su buen humor, Gorbachov aseguró que la Unión Soviética piensa "ganar muchas medallas" en el 92. Posteriormente, se dirigió un momento hacia los representantes de los medios de comunicación: "Si la Prensa está de acuerdo bajamos a hacer una carrera ahora mismo", dijo sin ninguna intención de llevarlo a cabo.

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El príncipe Felipe, que es presidente de honor del COOB, obsequió al matrimonio con una corbata y un pañuelo olímpicos y. colocó en la solapa de Raísa Gorbachova una insignia con la imagen de la mascota Cobi, idéntica a otra que ya lucía el presidente de la URSS a su llegada. El presidente soviético recibió una placa conmemorativa de manos de Maragall y firmó en el libro de visitantes ilustres.

Mijail Gorbachov y su esposa se desplazaron después al Museo Picasso, en cuyas inmediaciones se agolpaban miles de personas que ovacionaron la llegada del mandatario soviético. Los aplausos se convirtieron en estruendos, en sintonía con los gritos de "Gorby, Gorby", cuando el Premio Nóbel de la Paz rompió por segunda vez,el protocolo y empezó a estrechar las manos de los barceloneses. Gorbachov y su esposa repitieron este gesto hasta en otras tres ocasiones.

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