Tiento para dos instrumentos
La cantidad, calidad y conservación de órganos dice mucho sobre el nivel musical y cultural de un país. Más todavía: un público que no necesite el sonido del órgano, el conocimiento de cuanto para él escribieron los grandes de la historia, será siempre un público musical mal formado. Por todo ello, los madrileños debemos señalar con piedra blanca la fecha de ayer, 2 de octubre: el Auditorio Nacional de Música ha instalado y dio a conocer los órganos construidos por Gerhard Grenzing, para la sala grande, y por Gabriel Blancafort, para la de cámara.No ha llegado a gozar de la feliz jornada el arquitecto José María García de Paredes. Al concebir arquitecturalmente sus espacios, García de Paredes pensaba siempre en el órgano como alma y hasta como decoración significante. Está vacío aún el lugar que destinó al órgano en el Centro Manuel de Falla, de Granada, pero quedó ultimado el órgano del Palau de la Música en Valencia. Ahora, el Ministerio de Cultura dota a Madrid de dos instrumentos que ennoblecerán sus auditorios para poner a punto de la melomanía el conocimiento de la obra de Cabezón, Correa, Cabanilles, Soler, Bach, Liszt, Franck, Messiaen o los actuales.
Recuperación
La situación organística española mejora progresivamente a partir de los años sesenta gracias a la recuperación de instrumentos y a la nueva afloración de intérpretes. En lo primero han jugado papel principal Grenzing y Blancafort. Y no cabe olvidar, sin ser injustos, la labor de dinastías como la de los Alberdi y los Amezúa.Por lo que pudimos escuchar a modo de prueba, los instrumentos inaugurados poseen muy bellas sonoridades que la acústica de las salas acoge y difunde con perfecta definición. Los 5. 700 tubos del gran órgano y los 1.000 del basado en nuestra tradición barroca llenarán el ámbito de música divina como la que cantara Fray Luis de León. Desde ayer, Madrid ha ganado puntos como capital europea o, para ser exacto, ha recuperado muchos de los que tenía perdidos. Se anuncia ya el primer ciclo organístico en el que escucharemos en los nuevos órganos un repertorio que abarca cuatro siglos largos de invención organística: un gran tiento inaugural de un nuevo sentido y una nueva dimensión musical de Madrid.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.