Taylor: "La muerte de los delfines es una verdadera tragedia"
El científico británico asesora a varios parques zoológicos españoles
La causa de la mortandad que afecta al delfin listado en el Mediterráneo "no se conoce todavía", según dijo el experto británico David C. Taylor ayer en Madrid. Taylor, miembro del International Zoo Veterinary Group, organización dedicada al estudio y cuidado de animales salvajes en cautividad, insistió en que aún no se ha aislado el agente patógeno. El científico británico añadió que la contaminación no es la causa directa de la epidemia, a la que calificó como "verdadera tragedia para esta especie".
Taylor, asesor del zoo madrileño, deploró que la organización ecologista Greenpeace atribuyera exclusivamente a la contaminación la causa de la epidemia. "No tengo motivos para atacar específicamente a la industria química española", matizó Taylor.Sin embargo, Taylor afirmó que la polución constituye un verdadero peligro para la vida marina: "Existe un alto riesgo de daño debido a la creciente polución del mar, por el ruido excesivo de las playas y la pesca, entre otros factores", dijo.
El científico británico descartó la posibilidad de que la causa de la epidemia sea el efecto tóxico de los policlorobifenilos (PCB), pero no dejó de señalar la alta toxicidad de estos compuestos organoclorados en las especies que se encuentran en los primeros escalones de la cadena alimentaria.
Respecto a la naturaleza viral de la enfermedad y los primeros resultados de los exámenes histólogicos de los órganos de los delfines muertos, Taylor afirmó: "La presencia de inclusiones virales descritas en el 75% de los ejemplares examinados, no prueba que la causa de la epidemia sea un virus".
Si el origen de la enfermedad fuera un virus, todos los animales muertos deberían presentar inclusiones virales", añadió.
No obstante Taylor no rechazó la hipótesis de que la enfermedad pueda atribuirse a un virus e insistió en la necesidad de tener pruebas científicas. "Contamos con unas 200 muestras de tejidos en nuestro laboratorio en Gran Bretaña", explicó, "y el probar la patogenia de un virus no es cuestión de horas, lleva tiempo. Obtener resultados nos llevará dos semanas más". Según Taylor, en 1966 se produjo un grave brote de hepatitis en los delfines, sin que se lograra aislar el agente patógeno.
En opinión de Taylor, el fenómeno que afecta al delfín listado no guarda conexión con la epidemia que en 1988 diezmó la población de focas del Mar del Norte.
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