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Éxito del primer experimento genético en humanos

El primer intento de insertar genes externos en pacientes humanos ha tenido éxito en todos los aspectos, afirman los autores del experimento en un informe publicado en la revista científica The New England Journal of Medicine. Los resultados oficiales del experimento, para realizar el cual fue necesario obtener permiso de las autoridades sanitarias estadounidenses, detallan lo que ya se conocía sobre las esperanzas que había suscitado. Los científicos del Instituto Nacional del Cáncer, en Bethesda, liderados por Steven Rosenberg y Michael Anderson, insertaron un gen procedente de una bacteria en células sanguíneas (linfocitos de cierto tipo) extraídas de enfermos terminales de melanoma, un cáncer de piel, y volvieron a inyectar las células, multiplicadas en número, en los, pacientes. Pretendían utilizar el gen de la bacteria como un marcador que les permitiera saber qué ocurría en el cuerpo de los enfermos con estas células, que se supone luchan contra el cáncer. La terapia con estas células estaba dando resultados esperanzadores en unos casos y no hacía ningún efecto en otros."Hemos utilizado una técnica que puede potencialmente tener amplias aplicaciones en el futuro, y hemos demostrado que se puede hacer de forma segura y efectiva", afirma Rosenberg. Hasta el momento el equipó ha tratado a ocho pacientes, aunque el artículo se refiere sólo a cinco. De estos cinco, en un caso, una mujer de 26 años, se ha logrado la remisión completa de los tumores a los 14 meses del tratamiento. En otros dos pacientes se observó, aunque murieron, una remisión parcial, la cual no se produjo en los otros dos casos.

Los investigadores comprobaron que el gen de la bacteria se mantenía activo en los linfocitos, aunque sin función curativa alguna, y que esas células sanguíneas podían sobrevivir hasta 200 días, mucho más de lo que esperaban.

Aunque este experimento no es propiamente terapia génica, el hecho de que se haya podido llevar a cabo y que haya proporcionado resultados esperanzadores sobre la actividad del gen insertado es un paso positivo en la consecución de tratamientos para enfermedades hereditarias. El primero, aprobado el pasado mes, intentará curar niños con inmunodeficiencia congénita.

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