Una entidad israelí demanda a Ceselsa por uso de su tecnología para modernizar los Mirage 3
, La entidad Israel Aircraft Industries (IAI) ha interpuesto una demanda judicial contra la española Ceselsa, a la que acusa de uso indebido de su tecnología para la revisión de los Mirage 3 del Ejército del Aire español. La demanda, que ha sido admitida a trámite por el Juzgado número 14 de Madrid, reclama un total de 1.646 millones de pesetas, de los que 120 millones corresponden a gastos, y 1.526 millones al valor de la tecnología transmitida por IAI a la empresa española, según las estimaciones de la entidad israelí. La parte demandante implica al Ministerio de Defensa, a cuyos responsables pedirá que acudan a testificar sobre la exigencia de que el consorcio fuera español y evitase la presencia de extranjeros.
Israel Aircraft Industries reclama, con el mismo carácter subsidiario, 10 millones de dólares (cerca de 1.000 millones de pesetas) por beneficios dejados de percibir y 100 millones de dólares (unos 10.000 millones de pesetas) por beneficios dejados de obtener en el mundo.La demanda fue presentada por la compañía israelí en el mes de junio, y el 3 de julio la admitió a trámite el juzgado número 14, cuyo titular es Rafael Gómez Chaparro. Ceselsa lleva el caso a través de su secretario del consejo, José Antonio de Francisco Blanco.
Ceselsa entró en contacto con IAI poco después de que el Ministerio de Defensa español anunciase que iba a sacar un concurso para modernizar los Mirage 3. Ceselsa tomó el relevo de Construcciones Aeronáuticas (CASA), empresa vinculada al Instituto Nacional de Industria (INI), que había entablado negociaciones con lAl en abril de 1986, pero que posteriormente se desligó, al no mostrarse muy interesada por su baja participación (20% frente al 80% de IAI) y por considerar que la relación era un peligro para sus contactos en el mundo árabe. El cambio coincidió con el relevo en la presidencia de CASA, en la que Javier Álvarez Vara sustituyó a Fernando Caralt. Sin embargo, CASA volvió posteriormente a pujar por el contrato de la mano de la firma francesa Marcel Dassault, fabricante de los Mirage.
Las conversaciones entre Ceselsa e lAI llevaron a la firma de un contrato de colaboración, el 28 de agosto de 1986, para presentarse al concurso de Defensa, y en el que la empresa española consiguió quedarse con el 70% del consorcio. Según la letra del contrato, IAI se comprometía a transmitir la tecnología necesaria para la revision de los aparatos. Mientras, la empresa española se obligaba a no poder utilizarla en solitario o con otro socio. Otra cláusula recoge que, en caso de que Defensa decidiera -como ocurrió- que no admitía extranjeros, Ceselsa podría salvar la anterior cláusula.
Precisamente, lAI acusa a Ceselsa de haber roto esos compromisos y de haber aceptado abandonar a los israelíes sin habérselo anunciado. Los contactos entre las dos empresas dejaron de producirse hasta que, según la acusación, IAI se enteró, en enero de 1989, de que Defensa había adjudicado el programa de modernización de los 23 aviones a un consorcio formado por Ceselsa y CASA, que propició el propio Ministerio de Defensa "con calzador", según fuentes de las propias empresas. Esté consorcio dio lugar a la creación de la empresa Attorn, para encargarse de coordinar los trabajos de modernización. El acuerdo se había entablado en mayo de 1988, y el contrato ' se concedió el 28 de diciembre de ese año.
Responsables de Defensa
Esta imposición de Defensa, que no quería la presencia de entidades extranjeras en el contrato, va a suponer que sus responsables sean llamados a declarar por petición de la parte demandante. Según ésta, Defensa debe aclarar si es verdad, como argumenta Ceselsa, que obligó a la creación del consorcio Attorn sin la presencia de participantes extranjeros.Existe un documento, por otra parte, en el que CASA pide a Ceselsa que presente la documentación de IAI, "si es posible', para el llenado de combustible a presión por punto único, así como para el reabastecimiento en vuelo.
Por su parte, el presidente de Ceselsa, José Antonio Pérez-Nievas Heredero, sostiene que Defensa exigió que fuera solución española sin interferencia extranjera. Mantiene que no utiliza tecnología de IAI "porque hacemos la parte electrónica aplicando la que nosotros mismos desarrollamos para la modernización de los F18, y precisamente eso no lo conocen los israelíes".
Pérez-Nievas se defiende. también de haber usado la tecnología para contratos en el exterior, en concreto en Pakistán. Según el presidente de la empresa española, también se usa la tecnología propia aplicada en el F-18 para el computador de a bordo, "por lo que es absurdo que se reclamen cantidades en ese sentido".
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