Escritores norteamericanos acaparan los Premios Hugo de ficción científica

En una ceremonia marcada por las medidas de seguridad, escritores y editores de ficción científica norteamericanos acapararon la noche del pasado sábado en Holanda los prestigiosos Premios Hugo, otorgados durante la 48º edición de la Convención Mundial de Ciencia Ficción (Conficción), que se clausura hoy. Contra todo pronóstico, sin embargo, la delegación británica resultó la más numerosa de un encuentro realizado en Europa por segunda vez en su historia y que ha congregado a más de 3.000 participantes de 35 países.

Fueron entregados también los galardones españoles Gigamesh , los holandeses King Kong y los japoneses Seiun.La novela Hiperión, del estadounidense Dam Simmons, obtuvo el Hugo más codiciado de Conficción. El cuento galardonado fue Las montañas de la aflicción, de Lois McMaster Bujold. Robert Silverberg, un maestro del género, recibió su quinto Hugo esta vez a la mejor novela corta por Entra un soldado y después otro. La autora Suzi McKee Charnas se llevó el premio al cuento corto con Tonterías, y el filme Indiana Jones y la última cruzada el destinado a película. El escritor aficionado británico Dave Langford resultó el único europeo escogido por sus aportaciones. Por falta de títulos, quedó desierta la nueva categoría destinada a la mejor novela producida en lengua no inglesa.

Precisamente de la difícil exportación de obras nacionales se quejaron los reprensentantes de China, Japón y Europa central. Los primeros, como sucede en Yugoslavia, cuentan con obras de gran calidad literaria pero no más de 10 títulos propios al año de un total de 50. En Polonia, la ficción científica encubría una crítica política ahora desfasada y que ha dejado paso a la fantasía.

La oferta japonesa

La oferta japonesa es también abundante pero no suele llegar a editores extranjeros debido al riesgo financiero, representado por traducciones de autores desconocidos, y que presentan además atmósferas ajenas al lector anglosajón. La delegación china desplazada a Holanda estableció numerosos contactos europeos.También los asesores editoriales españoles presentes en Conficción señalaron que suelen recurrir a obras anglosajonas en sus colecciones. Para Alejo Cuervo, de Martínez Roca, la ficción científica apenas existe en España, "a pesar de su numeroso público que garantiza primeras ediciones de hasta 5.000 ejemplares".

Para Miquel Barceló, de Ediciones B, los originales de ficción científica no suelen ser buenos desde el punto de vista literario, "porque prima la idea y la especulación científica sobre la creación. Las nuevas colecciones nacionales se preocupan cada vez más de cuidar las traducciones. Los autores más recientes han estudiado además filología o humanidades, lo cual beneficia al texto". En otoño habrá en el mercado español de la ficción científica alrededor de 20 colecciones, entre ellas la publicada por Ediciones del Blanco Satén, que tratará de combinar terror y fantasía. Durante el otoño aparecerá también una detallada guía de lectura de La ciencia-ficción, firmada por el propio Barceló.

Los autores norteamericanos Harry Harrison (1925) y Joe Haldeman (1943), considerados clásicos, fueron los invitados de honor de la convección. La obra más famosa de Harrison, ¡Hagan sitio!, ¡hagan sitio! (Acervo), fue llevada al cine con el título de Cuando el destino nos alcance (Solyent green). Haldeman recibió en los años setenta el Hugo por su novela La guerra interminable (Edhasa) que recrea el conflicto de Vietnam.

La ciudad norteamericana de Chicago acogerá la 49º edicción de Conficción. Orlando (Florida) lo hará en 1992 y, en 1993, la sede será San Francisco, según el acuerdo adoptado ayer por la Sociedad Mundial de Ciencia Ficción. El invitado de honor será entonces el autor estadounidense Larry Miden. Marck Twain será el invitado de honor fallecido.