Fondos irreemplazables

La biblioteca Alemany, formada por el farmacéutico Lluís Alemany, es una de las bibliotecas de temas insulares más importantes. Al morir su dueño, años atrás, sus 10 herederos intentaron que los fondos reunidos por su padre no se dispersaran. Las negociaciones con distintas instituciones públicas o privadas no culminaron. Algunas ofertas implicaban la fragmentación de las colecciones. Ahora, la Consejería de Cultura negocia la compra de los fondos, que incluyen cuatro colecciones declaradas bienes de interés cultural (Bibliografía de Mallorca, Archivo Medieval del Colegio de Farmacéuticos, Hemeroteca de las Baleares y Colección de Documentos Históricos), por una cifra cercana a 100 millones de pesetas.El Institut d'Estudis Catalans dejó perder, entre 1976 y 1986, la biblioteca y los fondos históricos del investigador Antoni Pons i Pastor, quien al fallecer señaló como heredera a la institución. Según la versión recogida por este diario, las cajas conteniendo los legajos y libros permanecieron durante años esperando a que los herederos se hicieran cargo de ellas.

La biblioteca Olesa España está precintada como consecuencia de un pleito entre herederos. Especialistas consultados dicen que el material abarca desde el siglo XIII hasta el XX e incluye pergaminos en catalán y recibos de teléfono, todo catalogado y archivado. Gestiones encaminadas a la adquisición por parte de organismos públicos no fructificaron.

"Menos mal que Bartomeu March Servera, con su fundación y biblioteca ha evitado muchos desastres", explicaba ayer un directivo de una entidad cultural de Palma. Recordó que hace pocos años el mecenas adquirió por siete millones de pesetas el Llibre de les comares, obra del doctor Damià Carbó, primer tratado de obstetricia. Este ejemplar había salido de Mallorca para ir a parar a manos de coleccionistas internacionales. De algunos libros como el Gerson, de 500 años, primera obra impresa en Mallorca, no queda ninguno en la isla.