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La resurrección de Richard Nixon

Bush y los ex presidentes Reagan y Ford llaman a su antecesor "arquitecto de la paz"

El 9 de agosto de 1974, Richard Milhous Nixon abandonaba la Casa Blanca rumbo a California, después de anunciar al país la noche anterior su dimisión a causa del escándalo del edificio Watergate. Fue la primera dimisión presidencial de la historia norteamericana. Todo el país proclamó entonces la muerte política y civil del 372 presidente de Estados Unidos. No ha ocurrido así. Nixon regresa triunfalmente.

Cuando faltan sólo unos días para que se cumplan los 16 años de aquella fecha, Nixon ha sido reivindicado como "un auténtico arquitecto de la paz mundial" por el actual inquilino de la Casa Blanca, George Bush, en una inédita ceremonia en la que por primera vez se reunieron cuatro presidentes de Estados Unidos: Ronald Reagan y Gerald Ford, además de Nixon y Bush. La escena ocurría el jueves en la localidad californiana de Yorba Linda (degeneración del español Yerba Linda), situada entre Los Ángeles y San Diego, con motivo de la inauguración del Museo y Biblioteca Richard M. Nixon en el pueblo que viera nacer al controvertido político hace 77 años.Todo un capítulo de la historia política norteamericana estaba presente en el edificio, que ha costado 21 millones de dólares (unos 2. 100 millones de pe setas), procedentes de donaciones privadas.Además de Bush y el resto de los ex primeros mandatarios -en su intervención, Ford, después de decir tres veces ,"mister president", un título que los ocupantes de la Casa Blanca conservan de por vida, se preguntó si había alguien entre: la audiencia que no fuera presidente-, los protagonistas de las Administraciones republicanas de dos décadas acudieron a la cita en Yorba Linda. Unas 4.000 personas se encontraban fascinadas ante el espectáculo de ver juntos a cuatro inquilinos de la Casa Blanca y a sus respectivas mujeres, Pat Nixon, Nancy Reagan, Betty Ford y Bárbara Bush.

Watergate, el escándalo que obligó a dimitir a Nixon, fue mencionado de pasada por Bush e indirectamente por Nixon cuando se refirió a "la tristeza que producía perder algunas batallas". "Aunque la mayor tristeza", añadió, "es pasar por la vida sin conocer el triunfo ni la derrota".

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