1992 cultural en la megalópolis
El Ayuntamiento de Sao Paulo prepara actividades para conmemorar el Descubrimiento
El V Centenario tendrá presencia en la ciudad más populosa de Suramérica, Sao Paulo, cuya población oficial es de 12 millones, pero que al crecer cada año entre 300.000 y 500.000 personas anda realmente por los 17 millones, y se espera que para el año 2000 llegará a los 25 millones. Esa megalópolis, machacada por problemas inauditos, es una municipalidad con una gestión de izquierdas que se enfrenta no sólo a las dificultades generadas por la miseria y la corrupción sino a la política ultraliberal del presidente brasileño" Collor de Melo.
La concejal de Cultura, Marilena Chaul, una de las abanderadas en esa resistencia, ha negociado en Madrid con el V Centenario. "Vamos a poner en marcha las comisiones necesarias", dice Marilena Chaui, "para colaborar en áreas tan diversas como la coedición de libros y facsímiles de documentos raros y de revistas de importancia histórica; en intercambio de música, danza y teatro; en el montaje de exposiciones de pintores brasileños en España y de españoles en la 21ª Bienal de Sao Paulo, en 1991, así como en la coproducción de películas y vídeos y en la cooperación bibliotecaria".
Arte moderno
El año 1992 será el 70º aniversario de la Semana de Arte Moderno de Sao Paulo, clave en la historia cultural de Brasil por su significación como lanzamiento de la revoluçao modernista. La idea es que las celebraciones del V Centenario se inscriban en esa conmemoración.Sin embargo, los problemas de Sao Paulo son inimaginables desde una perspectiva europea. Sólo en lo cultural, el Ayuntamiento calcula que se necesitarían 100 bibliotecas, 20 casas de cultura y unos 30 espacios de uso múltiple.
El presidente Collor de Melo suprimió el Ministerio de Cultura, que sólo representaba el 0,005 del presupuesto nacional. Instituciones como la Cinemateca o la Biblioteca Nacional de Río de Janeiro permanecen cerradas. Los nuevos organismos culturales creados por el Gobierno federal carecen de programa y de personal. Se ha suspendido todo incentivo fiscal para la cultura y se han congelado los recursos acordados para proyectos culturales públicos o privados. "Nosotros, sin embargo", dice Chaui, "no nos hemos visto muy afectados, porque, como durante la campaña electoral los empresarios privados nos advirtieron que iban contra nuestro proyecto político, nos buscamos la vida por cuenta propia".
Babelia
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