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El historiador Draganov califica de "increíble" el triunfo democrático europeo

"Los países del Este cerraron en 1989 el proceso que marca el fracaso del totalitarismo. Hemos entrado en la última década del siglo con un triunfo increíble de la democracia en Europa. Es algo muy positivo", afirma el diputado del Partido Socialista Búlgaro (PSB, neocomunista) y vicedecano de la Facultad de Historia de Sofia, Dragomir Draganov, que visita España para pronunciar varias conferencias sobre la transición en el Este.En sus declaraciones a este periódico, Draganov afirma que si "la Segunda Guerra Mundial acabó con el fascismo, el proceso que vive ahora el Este supone el fin de la otra variante del totalitarismo, el bolchevismo".

Afirma que las sociedades de los países del Este cambian mucho más de prisa que los partidos que las regían o siguen rigiendo. El peligro que pueden correr los de la URSS o de Bulgaria es, en su opinión, "tratar de dictar el ritmo de los cambios a la sociedad".

Bulgaria y Rumania constituyen hasta ahora las dos excepciones del proceso de hundimiento de los partidos comunistas o neocomunistas en el Este. "Se trata de dos casos distintos", explica Draganov, "ya que en Rumania hay un fenómeno especial con la existencia del Frente de Salvación Nacional".

Factores diferenciados

Para Draganov, "en Bulgaria el pueblo es más cauto y conservador, debido quizá a la herencia del yugo otomano padecido durante siglos; además no ha vivido situaciones como el 53 en Berlín [aplastamiento del levantamiento obrero], el 56 en Budapest [intervención soviética contra la insurrección popular], el 68 en Praga [las tropas del Pacto de Varsovia sofocan la primavera checoslovaca] o el 80 polaco [eclosión de Solidaridad]".Señala que en las zonas rurales es difícil hacer comprender a la gente que se atraviesa una grave crisis económica, porque tiene asegurados sus medios de susbsitencia más elementales. "En las ciudades existe una dinámica más acelerada", y añade que en la campaña electoral búlgara se dio la paradoja de que los neocomunistas eran conservadores, mientras la oposición, de centroderecha, "era de corte bolchevique y predicaba la destrucción del Estado".

El resultado fue que los primeros lograba la mayoría absoluta en las elecciones de junio gracias al voto rural, mientras la oposición ganaba en las ciudades, donde precisamente el dinamismo social es mayor.

Draganov pertenece al ala radical, renovadora, del PSB, aunque prefiere llamarla socialdemócrata. "Nuestra única salida es convertirnos en un partido socialdemócrata al estilo meridional, tipo PSOE". Sobre el proceso a seguir en el PSB es cauto: -Hay que extender la idea de que el único objetivo viable es la socialdemocracia, porque una escisión no nos llevaría a ninguna parte".

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